Fernández-Cid (FED): “La dependencia se ha convertido en un derecho, responsabilidad de todos”
El presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia alerta de la falta de personal en establecimientos como centros de día o residencias de mayores y apunta a la colaboración de múltiples áreas para que el sector mejore.
12 dic 2024 - 05:00
El envejecimiento mundial de la población exige un sector a que acompañe a las personas que necesitan cuidados especiales. Ignacio Fernández-Cid, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia (FED) alerta sobre las deficiencias que tiene actualmente el sector español, especialmente la falta de personal. Licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid y MBA por IE Business School, Fernández-Cid lleva toda su carrera profesional dedicada al sector ya que es el fundador de la empresa de gestión de residencias de mayores Grupo Casablanca. Desde 2019 ejerce como presidente de la FED.
Pregunta: La falta de personal en las dependencias es realmente urgente, ¿qué medidas propone para mejorarlo?
Respuesta: Si ciframos el déficit de profesionales actual en torno a 30.000 personas, que ya son muchas, lo más dramático es el futuro, ya que prevemos la necesidad de 100.000 profesionales adicionales. Frente a este panorama, estamos intentando concienciar e informar de la situación que se presenta e intentar que las administraciones públicas competentes busquen una solución a esto. También hay que entender que es un problema muy transversal porque no depende de un único ministerio, lo que complica todavía mucho más la situación.
P.: ¿Es viable aumentar los salarios para que el sector sea más atractivo?
R.: Lo es en la medida en que nos creamos que el sector de la dependencia tiene y la importancia que tiene, porque estamos hablando de personas mayores y no tan mayores porque son dependientes en general. Con lo que, hacer la profesión más atractiva y que la gente se plantee o se pueda plantear un futuro profesional es crucial. Una de las medidas que pensamos, por ejemplo, es igual las competencias con el sector sanitario. Sería bueno para aquellas personas profesionales que se quieren dedicar al ámbito social y puedan tener un salario más digno y realizar su desarrollo profesional exclusivamente en nuestro sector.
“Los países ejemplo en la gestión de las dependencias invierten entre el 2% y 2,8% de su PIB en el sector, mientras que en España no llega ni al 1%”
P.: ¿Puede hacerse en las residencias que se gestionan por convenios con la administración pública?
R.: Claro, es que aquí es donde llegamos al nudo principal. Lo que habría que hacer es dotar de los recursos financieros y económicos necesarios, pero para ello tenemos que invertir en dependencia lo que están invirtiendo otros países, teniendo en cuenta que en muy pocos años vamos a ser el país más longevo del mundo. Los vecinos a los que nos queremos parecer ya están invirtiendo entre el 2% y el 2,5% de su Producto Interior Bruto en dependencia, mientras que España lo hace en un 0,8% y así es imposible que podamos desarrollarlo bien.
P.: ¿Qué países son modelo en la gestión de los establecimientos de personas con dependencia?
R.: Por supuesto los países del norte de Europa, Dinamarca, Noruega, pero también Alemania. En definitiva, hay muchos países que lo hacen muy bien y que nosotros debiéramos copiarles en todo, no sólo en la parte del sistema del cuidado, sino también en todo lo que eso supone, en pagar y dotar financieramente lo que sea necesario para poderlo hacer. A España vienen muchos extranjeros formados en el ámbito sanitario para trabajar aquí. Pero se encuentran con un problema de colapso administrativo de permisos de residencia, trabajo. Es un reto que también hay que resolver.
P.: ¿Qué tipo de financiación necesita el sector para mejorar y hacer frente al problema?
R.: Subir los salarios conforme los precios públicos de concierto adecuados a la situación. Tomemos como ejemplo que una plaza pública cuesta al día a la administración pública doscientos euros por plaza al día. Sin embargo, a nosotros de media nos conciertan a 63 euros por plaza al día. Lo que no entendemos es que nos conciertan a nosotros menos de un tercio de lo que les cuesta a ellos. Si se subiese esa cifra posibilitaría la mejora del convenio colectivo, claramente y el aumento de la ratio de personal.
P.: Ante el envejecimiento de la población y el aumento de la demanda, ¿cómo deberá transformarse el sector?
R.: Lo que debemos tener en cuenta sobre todo es qué es lo que quiere el dependiente y su familia, contemplar el derecho a elegir. La oferta de servicios y centros debe adecuarse a esas necesidades y elecciones, ya sea envejecer en casa, en un establecimiento, con cuidados de día, etcétera. Pero para ello, hay que dotar al personal para que la intensidad en el cuidado de esas personas dependientes sea la necesaria. Por ejemplo, en el catálogo de prestaciones y de servicios del Ministerio se prevé una intensidad máxima de 94 horas de atención en domicilio a personas grandes dependientes. Esos son tres horas y ocho minutos al día, porque esas 94 horas son al mes. Pero en la práctica estos números no se cumplen, se traduce en 57 horas, es decir, no llega dos horas al día, volviendo a sobrecargar a las familias.
“Somos un país que está envejeciendo muy rápidamente y hay que dotarlo de financiación”
P.: ¿Es una buena idea medicalizar las residencias para reducir la carga de los hospitales?
R.: Nosotros lo vemos como un gran error. En pandemia fue una idea que cogió fuerza, pero no lo vemos como solución, porque nosotros nos dedicamos a cuidar personas, no a curar personas, porque para eso ya está el ámbito sanitario y hospitalario. Dentro de esos cuidados que cubrimos, evidentemente tiene que haber una asistencia sanitaria y médica, pero para tratar la cronicidad de las enfermedades de nuestros dependientes debemos ser siempre dos modelos distintos, pero que se deben coordinar y ahí es donde debemos hacer los grandes esfuerzos. Hay que estar pendientes de desarrollar en esa coordinación totalmente imprescindible en los dos ámbitos y eso es por lo que estamos demandando.
P.: La eficiencia y distribución de las subvenciones y recursos destinados a la dependencia también es un debate ¿Considera que estos fondos llegan a donde más se necesitan? ¿Qué cambios propondría?
R.: Sí, se está haciendo un esfuerzo tremendo por parte de todas las administraciones públicas. Lo que pasa es que somos un país que está envejeciendo mucho y muy rápidamente, con lo que entonces es necesario dotarle de más financiación. Entonces, yo comprendo que haya estas listas de espera muy largas y se pretenda solucionarlas últimamente en base a extender la paga. Por otro lado, el gran grueso de los servicios tiene que estar dado por profesionales que deben estar supervisados, acreditados y bien formados. Y además esos servicios tienen que ser de calidad y cada vez esa calidad debe ser medible y ser mayor cada día. Pero eso no lo solucionamos con pagas, ya que sería como poner un parche.
P.: ¿Cree que las políticas públicas actuales favorecen la sostenibilidad de las empresas del sector o dificultan su desarrollo?
R.: La dependencia es una responsabilidad de todos. Cada uno juega un rol distinto y si no nos apoyamos entre todos, no seremos capaces de dar respuesta a los grandes retos que se van a plantear en un futuro muy cercano. Volvemos a lo de antes, es necesario que haya los recursos necesarios para poder atender a las personas. Las residencias y centros de cuidado hemos creado un nuevo derecho, un cuarto pilar del bienestar social que junto con pensiones, educación y sanidad pues es la dependencia. Entonces no vale que sea el único recurso que se pague con copago. Entonces, si entendemos la dependencia como un derecho universal habrá que dotarla de recursos necesarios.
P.: La digitalización está transformando muchos sectores, ¿cómo ve la federación la integración de nuevas tecnologías en los servicios de dependencia, y cuáles serían sus beneficios y retos?
R.: Sin duda la digitalización nos ayuda muchísimo, pero no va a sustituir a las personas porque claro, este es un sector muy especial también como le pasa al sanitario. Personas que cuidan de personas, no puede ser sustituido por máquinas, pero sin embargo sí puede ser apoyado por la tecnología y eso es por lo que estamos apostando. Aquellas personas que están envejeciendo en sus domicilios, que son la mayoría, poder contar con tecnología que ayude es muy beneficioso.
P.: En un contexto de incertidumbre económica y política, ¿cómo prevé la evolución del sector de la dependencia en los próximos cinco o diez años?
R.: Imperiosamente tiene que ser un desarrollo muy importante, porque somos un país que está envejeciendo mucho y muy rápidamente, pero sobre todo en el segmento de la población de más de ochenta años. Cada año 44.000 personas cumplen más de ochenta años. Y de ellos un porcentaje muy importante necesitará de servicios para poder hacer las actividades básicas de su vida diaria. Y nosotros tendremos que estar allí. Nosotros como sociedad, como operadores, pero la administración, los familiares, todos tendremos que estar allí para apoyar a esas personas que nos necesitan. Por tanto, sí o sí tiene que haber un crecimiento enorme porque es lo que va a pasar cuando lleguemos los baby boomers empecemos a demandar esos servicios que necesitaremos.