Ricardo Vallejo (Mivi): “Estamos en conversaciones para llevar proyectos clínicos a España”
Este facultativo es también el socio estadounidense del empresario Ricard Araujo en el grupo de clínicas para tratar el dolor, que recientemente ha incorporado como accionista al exvicepresidente económico del Barça, Eduard Romeu.
23 abr 2024 - 00:00
El doctor Ricardo Vallejo es uno de los grandes nombres del mundo en el ámbito de los tratamientos contra el dolor. Vallejo dejó Mallorca en 1997 para culminar sus estudios en la Universidad de Harvard. A finales de los noventa, fundó el Millennium Pain Center en Illinois, Estados Unidos, germen del que acabaría convirtiéndose en el operador más importante de esta área en ese estado, hasta su adquisición en 2019 por el fondo Avista Capital para ampliar la cartera de National Spine and Pain Centers.
En 2006, volvió a España para expandir la marca Millennium junto a Luis Aliaga Font, fundador de la primera clínica centrada en el tratamiento del dolor en Cataluña. Casi una década después, en 2015, tras el fallecimiento del doctor Aliaga, continuaría el proyecto con el doctor Ricard Araujo, que lo pondría en contacto con dos facultativos más: los malagueños Sebastián Trujillo y Hugo Quintana, propietarios de Vital&Clinic. Es con todos ellos que surge el grupo Mivi.
Hace unos meses que Mivi cuenta con el apoyo del ex directivo de Audax Renovables y exvicepresidente económico del Barça, Eduard Romeu, para emprender una expansión de la compañía por toda España.
Pregunta: Háblenos de usted y de su trayectoria.
Respuesta: Salí de España, de Mallorca, en 1997, hacia Estados Unidos, para terminar mis estudios en anestesiología; luego hice manejo del dolor en la Universidad de Harvard, y una vez terminados los estudios empecé a trabajar en unas clínicas para tratar el dolor llamadas Millennium Pain Center en la zona de Illinois. Siempre con el deseo de regresar de alguna forma a España.
P.: ¿Por qué regresó a su país natal?
R.: Tuve la fortuna de conocer, en el año 2004, al doctor Luis Aliaga Font, fundador de la primera clínica para tratar el dolor en Cataluña, en el Hospital Sant Pau de Barcelona. Estuvimos hablando sobre cómo se hacían las cosas en Estados Unidos. En aquel momento, el grupo Millennium era el grupo más grande en el estado de Illinois, dónde teníamos ocho clínicas. Tratamos de replicar el modelo que teníamos ahí.
P.: ¿Qué es lo que importaron de Millennium a España?
R.: Nos enfocamos en traer las técnicas más avanzadas sin olvidar la parte humana. En 2006 abrimos la primera clínica Millennium en Teknón, y hace muy poco tiempo se creó el holding de Mivi. Ayer mismo cerrábamos la Fundación Mivi con los mismos valores que hace casi veinte años: queremos hacer investigación, queremos que los pacientes accedan a la mejor terapia y esto lo hacemos ahora a una escala mucho mayor. Ya tenemos veinte clínicas en España, y nuestro proyecto, a corto plazo, es doblar ese número.
P.: Además de fundador de Millennium en España, también fue accionista. ¿Junto a qué otros socios?
R.: Sí. Inicialmente junto al doctor Aliaga y luego con el doctor Ricard Araujo. Somos socios del grupo, que yo presido, mientras que Araujo es su consejero delegado. Cuando el doctor Luis Aliaga fallece en 2015, las clínicas bajo esta marca pasan a operar bajo la denominación Instituto Aliaga a petición de Luis Aliaga Gilpérez, su hijo. Aunque Mivi remete a “Mi Vida”, también tiene una connotación ligada al antiguo nombre, Millennium.
“En este momento no estamos buscando capital externo para tratar de crecer”
P.: ¿Cuándo empieza su asociación con Ricard Araujo?
R.: Él es médico internista, primero, y luego ejecutivo en empresas del sector. Le conocí en 2015, en un momento muy difícil para los dos, cuando fallece el doctor Aliaga, que me había hablado muchísimas veces de él. Quise atraerle al ámbito del tratamiento del dolor, y lo hice haciéndole sufrir los fríos de Illinois. Estuvo seis meses formándose conmigo. Cuando él llega adoptamos una visión más globalizada y avanzamos hacia devenir un centro de referencia en toda Europa.
P.: ¿Cómo surge la asociación con los doctores malagueños Sebastián Trujillo y Hugo Quintana?
R.: El contacto surge a través de Ricard Araujo. Hoy también son accionistas. En Mivi no solo tenemos a anestesiólogos. Tenemos a médicos de rehabilitación, psicólogos, rehabilitadores… Y juegan un papel fundamental: queremos crear estándares de manejo que moldeamos mediante reuniones mensuales de las que estos dos doctores participan.
P.: ¿Qué cambios implica en Mivi la incorporación de Eduard Romeu?
R.: Eduard es una persona con una experiencia tremenda. La parte empresarial que trae él, de estructura mercantil, es tremenda. Hemos ganado todo este valor que él trae. Estamos muy contentos por su presencia en el proyecto y, una vez más, ha sido Ricard Araujo quien le ha traído, quien me vinculó con él.
P.: ¿Desde dónde y a través de qué medios ofrecen sus servicios las clínicas de Mivi?
R.: Integrándonos con aseguradoras y hospitales de referencia en todo tipo de localidades. En Barcelona, por supuesto, pero también en Manresa o en Lleida. Queremos tener acceso al paciente mediante estos centros médicos. Mi visión es la de llegar al máximo número de pacientes. Desafortunadamente, el acceso a técnicas contra el dolor no está siempre garantizado en España, por lo que queremos ser parte de la solución por estas vías mencionadas.
P.: ¿De dónde surgen los fondos para la expansión de Mivi? ¿Tienen algún otro accionista en España?
R: Nosotros tenemos la sociedad Mivi, a través de la cual hemos realizado inversiones muy potentes como la del Hospital Universitari General de Catalunya de Sant Cugat, en el cual tenemos 700 metros de área asistencial. Esperamos seguir la expansión mediante nuestro propio crecimiento integral. Por ahora, estamos adecuando las aperturas y el crecimiento con base a los fondos propios que los accionistas hemos aportado más los ingresos de los centros que se van incorporando. En este momento no estamos buscando capital externo para tratar de crecer.
P.: ¿Alguno de los centros en los que ofrecen sus servicios han mostrado interés en ser parte del negocio de Mivi?
R.: Ese no ha sido el diálogo, de momento. Estoy feliz con el crecimiento que estamos teniendo. Hay que tener cuidado: lo que no podemos es crecer y crecer y olvidarnos de dónde venimos. Queremos ofrecer la mejor atención, y eso requiero formación, requiere tiempo.
P.: ¿En qué punto se encuentra ahora el negocio y la marca Millennium, tanto en Estados Unidos como en España?
R.: El centro de Illinois fue adquirido por un fondo de capital riesgo en 2019, Avista Capital. A partir de ese momento, pasó a ser parte de la compañía de centros privados de medicina para tratar el dolor más grande de Estados Unidos, National Spine and Pain Centers, con aproximadamente 120 clínicas. Y hace aproximadamente unos seis meses, Millennium fue adquirido por la firma de hospitales locales OSF HealthCare.
“Estamos en conversaciones para crear una cátedra del dolor”
P.: ¿Qué vínculo empresarial y profesional mantiene con Estados Unidos?
R.: La parte de investigación, que empezamos en la Universidad del Estado de Illinois. Actualmente, tenemos nuestro laboratorio para estudios celulares en animales en la Universidad de Wesleyan, dónde sigo ejerciendo de profesor. Lo que quiero es traducir estos hallazgos en terapias. En este sentido, uno de los objetivos de Mivi es la investigación y la innovación, por lo que ahora mismo estamos involucrados en una start up con la que desarrollamos una área de interés particular.
P.: ¿Qué es lo que investigan en Estados Unidos?
R.: He trabajado durante años en el sistema de la neuromodulación: en cómo las corrientes eléctricas pueden llegar a modular el sistema nervioso. Soy el creador de la terapia para pacientes con dolor cervical, lumbar o radical más difundida, la DTM, siglas de Differential Target Multiplexed, adquirida por Medtronic en 2019. Siguiendo el espíritu de innovaciones de este tipo, nuestro grupo también está participando de otra start up enfocada específicamente en la apnea del sueño.
P.: ¿Estas start ups con las que innovan son spin off vinculadas al grupo de investigación del que participa?
R.: Yo no tengo spin off. Surgen de mi laboratorio en la Universidad de Wesleyan: yo pagaba por los técnicos y por todo. Luego llegan las patentes, que me llevan a convertirme en el consejero delegado de la primera compañía adquirida por Medtronic. Y desde entonces, han surgido tres start ups que también fueron adquiridas. El grupo Mivi ha participado en la serie A de una start up que impulsamos hace aproximadamente dos años junto a Ricard Araujo, que se implicó en tanto que seed founder.
P.: ¿La transferencia de conocimiento se da de Estados Unidos a España o aquí disponen de recursos propios para generar este conocimiento?
R.: Toda la parte molecular, de estudios en animales, se desarrolla en Estados Unidos. Y justamente ahora estamos en conversaciones para llevar a cabo algunos de estos proyectos a nivel clínico en España. Obviamente, hay algunos factores de regulación que debemos y queremos seguir, pero la idea es que alguna de las propuestas generadas en veinte años de investigación se puedan traducir, y España pueda ser parte integral del proceso.
P.: ¿Pueden aplicar tratamientos patentados que están desarrollando en España? Y si no es así, ¿Qué previsión tienen?
R.: Con las nuevas start ups estamos en una fase temprana, en la serie A, pero a medida que progresemos pediremos la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).
P.: ¿Qué objetivos tienen con la fundación?
R.: Difundir el conocimiento. Estamos intentando crear vínculos con una universidad local a la que no sé si puedo mentar porque aún estamos en conversaciones para crear una cátedra del dolor. E investigar, algo que ya promovemos para dar voz a gente de nuestro grupo que quiere publicar sus hallazgos.