Grifols cierra un curso de turbulencias y con su posible salida de Bolsa en el horizonte
El devenir de la multinacional catalana en lo que va de 2024 ha estado marcado por las acusaciones del fondo bajista Gotham City Research del pasado 9 de enero. Las acciones de la compañía han perdido casi la mitad de su valor.
30 jul 2024 - 05:00
Este año no ha empezado bien para Grifols. A cierre del primer semestre de 2024, las acciones de la multinacional catalana de hemoderivados valían casi la mitad respecto al valor que tenían a finales de 2023. Y el causante tiene nombre y apellidos: el fondo bajista Gotham City Research, que acusó a la compañía de consolidar resultados de empresas sobre las que supuestamente no tenía poder de voto con el objetivo de maquillar su apalancamiento. Grifols anunció acciones legales en un juzgado de Nueva York contra Gotham, pero el daño ya estaba hecho.
Un mes después, el 5 de febrero, la empresa comunicaba la salida de Raimon y Víctor Grífols Deu de sus puestos como directores corporativo y de operaciones, y que pasaban a ser vicepresidente y consejero, respectivamente. Un día después, publicitó que Albert Grífols Coma-Cros dejaba de tener la categoría de consejero ejecutivo y pasaba a ser consejero dominical. La empresa insistió en que se trataba de salidas planificadas desde 2022, pero la sombra de la duda persistía, pues el recuerdo de las acusaciones de Gotham era muy reciente.
El abandono de cargos ejecutivos de la familia no fueron los únicos cambios en su dirección. Nacho Abia, ex directivo de la japonesa Olympus, fue nombrado consejero delegado de la multinacional el pasado 26 de febrero. Aunque las salidas siguieron superando de forma apabullante las incorporaciones, de entre las que destaca también la de un nuevo director financiero. El 18 de abril, Tomás Dagá, cercano a los Grífols, presentó su dimisión del cargo de secretario no miembro de la comisión auditora. Tras él se fue James Costos, exembajador de Estados Unidos en España y Andorra, alegando compromisos personales.
Costos ya fue objeto de polémica a finales de febrero cuando trascendió que no había firmado las cuentas anuales de Grifols por estar ausente el día que había que rubricarlas. El diplomático estadounidense alegó, de nuevo, “motivos personales”. La empresa catalana se apresuró a asegurar que el ahora exconsejero no había manifestado “disconformidad ni oposición alguna con la documentación remitida”.
Grifols sufrió durante meses el ensañamiento de fondos bajistas que apostaron contra el valor de sus acciones
Entre tanto, Gotham volvía a la carga en marzo. El fondo bajista estadounidense señalaba en un nuevo informe que lo que debía ser un pago por adelantado de la multinacional de hemoderivados al family office Scranton Enterprises mediante otras compañías se había convertido, de facto, en un préstamo que la sociedad participada por la familia fundadora no tendría intención de devolver. Habría aún un tercer informe de la firma de análisis a mediados de mayo que se tradujo en más caídas en Bolsa. Fueron meses en los que los bajistas se ensañaron fuertemente con Grifols, apostando contra el valor de sus títulos.
Pero no todo fueron malas noticias. El 13 de febrero, el gigante tecnológico Haier, a través de su filial Qingdao Medical Haier Medical Technology, notificó a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (Cnmc) la compra a Grifols del 20% de su participación en Shanghai Raas Blood (Sraas). A finales de enero, ya había comunicado que seguía interesado en la operación, que completó el 18 de junio. Uno de los vaticinios de Gotham era, precisamente, que esta venta no se llegaría a efectuar.
También hubo una de cal y otra de arena por parte de la Comisión Nacional de Mercado de Valores (Cnmv), que debía estudiar la veracidad de las acusaciones del fondo bajista. El regulador anunció que había hallado “deficiencias relevantes” en las cuentas anuales de Grifols, en el detalle y exactitud de los desgloses y notas explicativas que soportan las cifras, pero a la vez sostuvo que no había identificado “errores significativos” en las cuentas anuales de Grifols, por lo que no era necesario reformularlas.
Salida de Bolsa de Grifols
A primeros de julio caía la bomba: la familia Grífols estaba en negociaciones con el fondo canadiense Brookfield para evaluar la posibilidad de lanzar una oferta pública de adquisición (opa) de exclusión sobre la compañía que habían fundado sus antepasados. Esta iniciativa permitiría a la multinacional salir del foco del mercado de valores y reducir su sobreapalancamiento sin tener que rendir cuentas públicamente. El consejo de administración de la compañía creó una entidad, a la que llamó comité de la transacción, para hacer seguimiento de la evolución de la opa.
Las reacciones en la empresa no se hicieron esperar. Las consejeras independientes Claire Giraut y Carina Szpilka Lázaro abandonaron sus cargos. Para hacer frente al bache, Grifols nombró a la exdirectiva de Danone, consejera independiente y presidenta de la Comisión de Auditoría y Compliance de Uriach, Montserrat Muñoz, consejera independiente y coordinadora del consejo.
Anne-Catherine Berner, exdiputada del Parlamento finlandés y ministra de Transporte y Comunicaciones de 2015 a 2019, fue designada nueva miembro de la Comisión de Auditoría y presidenta de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones, y la oncóloga Enriqueta Felip, miembro de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones de la empresa.
A la espera de los resultados semestrales, que se conocerán hoy, las últimas cifras disponibles demuestran que el negocio de Grifols funciona. A cierre de 2023, la compañía catalana había alcanzado ingresos históricos de hasta 6.592 millones de euros, aunque frente a estas ventas se alzaba una deuda, en el primer trimestre de 2024, de 9.811 millones de euros, seis veces su resultado bruto de explotación (ebitda). Sea cual sea el resultado de la opa de exclusión, este es el gran reto al que deberá hacer frente la multinacional catalana de hemoderivados en el futuro.