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2024: el año en que Grifols combatió mil batallas para volver al punto de partida

De enero a diciembre, la compañía catalana de hemoderivados pasó de acusaciones bajistas por el fondo Gotham City, un nuevo consejero delegado, una posible exclusión de Bolsa por una oferta o la reordenación de su consejo. 

2024: el año en que Grifols combatió mil batallas para volver al punto de partida
2024: el año en que Grifols combatió mil batallas para volver al punto de partida

M. Bertero

23 dic 2024 - 05:00

En sus ochenta años de trayectoria, Grifols debe contar con varios años memorables. Pero sin duda, este 2024 será otro para recordar, aunque tal vez no de manera tan positiva. La compañía ha travesado enormes altibajos que fueron desde el cambio de liderazgo, acusaciones de un fondo bajista hasta una posible exclusión de la Bolsa.

 

La farmacéutica catalana inició 2024 con un golpe duro. En enero, el fondo bajista Gotham City Research acusó a Grifols de consolidar resultados de empresas sobre las que supuestamente no tenía poder de voto con el objetivo de maquillar su apalancamiento. Frente a las acusaciones, la empresa de hemoderivados inició procesos legales que continúan hasta la fecha, a la espera de que vean la luz las alegaciones que Grifols hizo en el juicio en Estados Unidos contra Gotham.

 

Siguiendo en orden cronológico con los acontecimientos que atravesó Grifols este año, pocas semanas después del periplo con Gotham, la familia Grifols anunció el cese de sus responsabilidades ejecutivas en la compañía. La decisión implicaba a Víctor y Raimon Grífols, que hasta entonces eran director de operaciones y corporativo, respectivamente.

 

Tras su salida, ambos Grífols pasaron a ser consejero (Víctor) y vicepresidente (Raimon). Llegó entonces el momento del relevo de la empresa familiar, dando entrada a Nacho Abia, ex directivo de la japonesa Olympus, que fue nombrado consejero delegado de Grifols bajo la presidencia de Thomas Glanzmann, presidente ejecutivo.

 

 

Desde la salida de cargos operativos de la familia Grífols se produjeron una serie de dimisiones de varios miembros del consejo de la farmacéutica. Uno de ellos fue Albert Grífols Coma-Cros, que pasó de consejero ejecutivo a consejero dominical.

 

El 18 de abril, Tomás Dagá, cercano a los Grífols, presentó su dimisión del cargo de secretario no miembro de la comisión auditora. Tras él se fue James Costos, exembajador de Estados Unidos en España y Andorra, alegando compromisos personales.

 

Pero no todo fueron malas noticias. El 13 de febrero, el gigante tecnológico Haier, a través de su filial Qingdao Medical Haier Medical Technology, notificó a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (Cnmc) la compra a Grifols del 20% de su participación en Shanghai Raas Blood (Sraas). A finales de enero, ya había comunicado que seguía interesado en la operación, que completó el 18 de junioUno de los vaticinios de Gotham era, precisamente, que esta venta no se llegaría a efectuar.

 

También hubo una de cal y otra de arena por parte de la Comisión Nacional de Mercado de Valores (Cnmv), que debía estudiar la veracidad de las acusaciones del fondo bajista. El regulador anunció que había hallado “deficiencias relevantes” en las cuentas anuales de Grifols, en el detalle y exactitud de los desgloses y notas explicativas que soportan las cifras, pero a la vez sostuvo que no había identificado “errores significativos” en las cuentas anuales de Grifols, por lo que no era necesario reformularlas.

 

 

El verano llegó con noticias relevantes para Grifols. La familia, pocos meses después de anunciar su dimisión de cargos ejecutivos, estaba en conversaciones con el fondo canadiense Brookfield para evaluar la posibilidad de lanzar una oferta pública de adquisición (opa) de exclusión.

 

Las reacciones en la empresa no se hicieron esperar. Las consejeras independientes Claire Giraut y Carina Szpilka Lázaro abandonaron sus cargos. Para hacer frente al bache, Grifols nombró a la exdirectiva de Danone, consejera independiente y presidenta de la Comisión de Auditoría y Compliance de Uriach,  Montserrat Muñoz, consejera independiente y coordinadora del consejo.

 

Anne-Catherine Berner, exdiputada del Parlamento finlandés y ministra de Transporte y Comunicaciones de 2015 a 2019, fue designada nueva miembro de la Comisión de Auditoría y presidenta de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones, y la oncóloga Enriqueta Felip, miembro de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones de la empresa.

 

El proceso de opa tardó varios meses, hasta que, finalmente, el pasado noviembre, Grifols rechazó la oferta de Brookfield de 10,5 euros por acción por acción de títulos A, mientras que los B, sin derechos políticos, se ofertarían a 7,62 euros. La farmacéutica aseguró que la oferta del fondo canadiense “infravaloraba” a Grifols.

 

 

Mientras la opa de exclusión quedaba en el aire, la Audiencia Nacional anunció una investigación a Gotham City por lanzar al mercado financiero información sesgada y engañosa sorbe la credibilidad de Grifols y así incitar a la venta de acciones.

 

Anteriormente, la Cnmv había visto más grave la manipulación de Gotham que las incorrecciones de Grifols en sus cuentas. Se refería a incorrecciones en materia de explicaciones y desgloses que apoyaban o explicaban cómo se habían calculado esos números. “La cifra era correcta, pero la compañía no explicaba suficientemente bien por qué había seguido ese método para llegar a esa cifra”.

 

Tras el rechazo a la oferta de Brookfield, Abia salió a declarar que Grifols volvía al business as usual con el foco puesto en el negocio y remarcó que “no habrá una gran venta”.

 

Por supuesto, todos los vaivenes corporativos de Grifols hicieron que las acciones de la compañía tuvieran diversos comportamientos. Una de las de mayor tajada fue tras conocerse el rechazo a Brookfield y dejarse 1.300 millones en el parqué.

 

 

Ya sin la opa de por medio, la compañía catalana de hemoderivados volvió a centrarse en uno de sus principales objetivos: refinanciar su deuda. Grifols cuenta con una línea de crédito bancaria que vence en 2025 y que deberá refinanciar por 1.400 millones de euros.

 

Del total de la deuda, mil millones de dólares son de crédito renovable. El pasado junio, Grifols había dispuesto 625 millones de esa financiación provenientes del 20% de la venta de Shanghai Raas para devolver 300 millones. Este préstamo vence en noviembre de 2025.

 

En un ejercicio con demasiadas turbulencias, Grifols acudió tres veces al mercado para refinanciar el vencimiento de 2.800 millones de euros con vencimiento a 2025 y poder aplazar los pagos.

 

Con la última refinanciación realizada este diciembre, Grifols ha ganado tiempo hasta 2030. Además, la empresa cuenta con otras tres emisiones vivas, de 2019 y 2021 por 2.770 millones de euros. El vencimiento más inmediato es a pagar en 2027 por un bono de 770 millones con interés del 2,25%. Sin embargo, los intereses a pagar por los nuevos bonos colocados encarecerán un 180% la deuda.

 

En las últimas semanas, Grifols recompuso su consejo, llenando las dos vacantes que tenía que cubrir con el nombramiento de Pascal Ravery y Paul S. Herendeen. La farmacéutica catalana siguió así las recomendaciones de Mason Capital, que insistió en la incorporación de Herendeen a su órgano de administración.