Escasez de personal y longevidad saludable: los retos de la sanidad según la Ocde
Los sistemas de salud del Viejo Continente se examinan tras haber dejado atrás la pandemia del Covid-19 con desafíos en común para casi toda Europa. Sin embargo, persisten importantes brechas en la esperanza de vida entre países.
27 nov 2024 - 05:00
Envejecimiento de la población, estilos de vida sedentarios, falta de profesionales o incluso la resistencia a los antibióticos son algunos de los retos de la sanidad mundial según la Ocde. El organismo lo ha detallado así en su último informe Panorama de la salud europea 2024, donde examina los principales desafíos que atraviesan los sistemas sanitarios tras la pandemia del Covid-19.
La digitalización, la sostenibilidad (o falta de ella) y los cambios demográficos condicionan el presente y futuro del sector. De acuerdo con la Ocde, Europa tiene dos desafíos más urgentes: la escasez de personal sanitario y el envejecimiento de la población.
En los últimos dos años, veinte países de la Unión Europea informaron sobre la escasez de médicos, mientras que otras quince economías de la región subrayaron la falta de enfermeras. Específicamente, en 2022, los países europeos tenían una escasez aproximada de 1,2 millones de médicos, enfermeras y matronas.
Los principales impulsores de este déficit están relacionados al envejecimiento de la población. Por un lado, porque los ciudadanos necesitan cada vez de más cuidados y por el otro, porque los profesionales se jubilan y no hay quienes los reemplacen. De acuerdo con el informe, más de un tercio de los médicos y una cuarta parte de las enfermeras de la UE tienen más de 55 años y se espera que se jubilen en los próximos años.
Los sistemas de salud deben mejorar las condiciones laborales de los médicos y enfermeras, así como su formaciones para hacer frente a la escasez de personal
La planificación de la fuerza laboral sanitaria es esencial para orientar la formulación de políticas y garantizar que la fuerza laboral sanitaria cuente con personal y cualificación suficientes, según la Ocde.
La entidad señala como urgente hacer frente a esta crisis de personal sanitario, para la cual es necesario poner en marcha un enfoque multifacético que mejore las condiciones de trabajo y la remuneración, así como las oportunidades de educación y formación para los nuevos médicos y enfermeros.
El segundo gran desafío que plantea la Ocde es promover una longevidad saludable para reducir la carga sobre los sistemas de salud y atención a largo plazo. De cara a 2050, se prevé que las personas mayores de 65 años copen el 29% de la población, porcentaje que en la actualidad es del 21%.
En la actualidad, la esperanza de vida para los ciudadanos de 65 años supera las dos décadas, pero más de la mitad de estos años se ven perjudicados por enfermedades crónicas y discapacidades. Una parte sustancial de la carga de enfermedades en la vejez tanto entre las mujeres como entre los hombres se puede prevenir abordando los factores de riesgo clave a lo largo de la vida.
Considerando la longevidad de la población mundial, la Ocde destaca la importancia de atravesar esos años de manera saludable
La actividad física insuficiente, por ejemplo, contribuye en gran medida al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, depresión y muchas otras enfermedades en la vejez. Las tasas de obesidad, un factor de riesgo de numerosas enfermedades crónicas, también tienden a aumentar con la edad, alcanzando un máximo de alrededor del 20% entre las personas de 65 a 74 años en toda la UE en 2022.
La Ocde destaca como imprescindible adoptar políticas eficaces para promover una longevidad saludable, priorizando la prevención de enfermedades (por ejemplo, mediante la vacunación), apoyando la salud mental a todas las edades y empoderando a las personas para que gestionen su propia salud.
En este sentido, el abordaje de los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida se han estancado, de acuerdo con el informe, al mismo tiempo en que persisten las disparidades socioeconómicas. Factores medioambientales, tabaquismo, mala nutrición y sedentarismo son los factores que agilizan esta brecha y el aumento de necesidad de acudir al sistema sanitario.
Por otro lado, el documento asegura que los países europeos han realizado mejoras graduales en la preparación ante crisis sanitarias. Sin embargo, aún quedan retos importantes para generar confianza pública y combatir la resistencia a los antibióticos, un factor clave en el desarrollo de la población mundial.