Entorno

De ‘low cost’ a potencia innovadora: las biofarmacéuticas de China miran a Europa

La apuesta del gigante asiático para transformar su industria en un polo de desarrollo e investigación ha dado sus frutos. En diez años, las biotech chinas han triplicado el número de patentes y su valor bursátil se ha disparado.

De ‘low cost’ a potencia innovadora: las biofarmacéuticas de China miran a Europa
De ‘low cost’ a potencia innovadora: las biofarmacéuticas de China miran a Europa
BeiGene, una de sus biotecnológicas especializadas en el desarrollo de fármacos para tratar distintos tipos de cáncer.

Marc Amat

22 ene 2024 - 05:00

Las biofarmacéuticas europeas cada vez están más atentas a los pasos que dan sus homólogas chinas. En tan solo diez años, las empresas del país asiático han pasado de ser vistas por el mercado occidental como empresas low cost a ser consideradas potenciales competidoras. Las cifras confirman esta transformación. Si bien en 2007 las biotecnológicas chinas solicitaron el registro de unas 18.000 patentes, en 2017 la cifra había crecido hasta las casi 65.000. El valor bursátil de sus biofarmacéuticas también ha experimentado un auténtico boom: de 3.000 millones de dólares en 2016 a los más de 380.000 millones en 2021, aun en tiempos de pandemia. Los ensayos clínicos de medicamentos innovadores en China se han duplicado entre 2017 y 2022.

 

“Durante los próximos cinco años veremos como el compromiso continuo de las biofarmacúeticas chinas con la innovación las llevará a conquistar con éxito un nicho más grande en el mercado global”, señalan Vicky Qing XIA, Leo Cai Yang y Eric S. Langer, tres directivos de la consultora BioPlan Associates. Lo advierten en un artículo conjunto publicado en el informe anual de 2023 de CPHI, la feria internacional de ingredientes farmacéuticos que se celebró en Barcelona el pasado mes de octubre. En él, prevén la aceleración del desembarco de la industria biofarmacéutica china en los países occidentales. “A medida que los actores del gigante asiático maduren y profundicen aún más en sus capacidades de investigación, se irán acercando a los mercados internacionales”, aseguran. Según los expertos, primero llegarán a Estados Unidos. Después se interesarán por Europa.

 

Durante los últimos años, algunas farmas chinas ya han salido a pasear. Es el caso de BeiGene, una de sus biotecnológicas especializadas en el desarrollo de fármacos para tratar distintos tipos de cáncer. Nació en China en 2010, pero ya tiene oficinas en Cambridge (Estados Unidos) y en Basilea (Suiza). Recientemente, también ha invertido en un centro de investigación en Nueva York y ha cerrado acuerdos de comercialización con multinacionales occidentales como Novartis. Otros grandes nombres chinos también han seguido su camino.

 

 

 

 

Es el caso de Legend Biotech y Hutchmed, que han aterrizado con fuerza en Nueva Jersey. “Es muy probable que veamos la industria china intentar comprar o construir recursos locales para promover sus ambiciones en los mercados occidentales”, apuntan los expertos. “Así mismo, explorarán colaboraciones y acuerdos de licencia con corporaciones multinacionales, un hecho que jugará un papel fundamental en la expansión de muchas empresas durante el resto de la década”, concluyen.

 

Pero, ¿cómo ha conseguido el gigante asiático transformar su industria biofarmacéutica con tanta solvencia? Caroline Ma, directora nacional de la American Chemical Society (CAS) en China lo resume en tres claves: una buena estrategia nacional de innovación capaz de atraer talento, la demanda creciente de nuevos tratamientos por culpa del envejecimiento de la población y cambios regulatorios que han facilitado su acceso al mercado global. "Hace diez años, un especialista chino en biotencología habría tenido que ir a buscar trabajo en el mercado internacional, pero hoy los programas gubernamentales y el crecimiento de las inversiones empresariales ha creado nuevos incentivos para que los mejores investigadores se planteen establecerse en China", contextualiza Ma en un artículo publicado por la CAS.

 

Parte de este éxito es culpa de la estrategia gubernamental bautizada como el Plan de los mil talentos. El programa, que empezó en 2008, anima a los científicos chinos que viven en el extranjero a volver al país. Desde entonces, ha conseguido traer de vuelta 1.400 expertos en biotecnología. El hecho de que patologías como el cáncer de pulmón se concentren especialmente en el gigante asiático (el 36% de los diagnósticos mundiales provienen de este país), también alienta la investigación. "China se está consolidando rápidamente como el polo oriental de la innovación tecnológica", concluye la experta.