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Oryzon, paso de gigante: abre una nueva etapa con su primer estudio de fase II-III

La biotecnológica española tiene previsto iniciar las pruebas en su molécula para combatir los trastornos de la personalidad a principios de 2020.

Albert Cadanet

17 jun 2019 - 05:00

Oryzon, paso de gigante: abre una nueva etapa con su primer estudio de fase II-III

 

Oryzon Genomics escribe un nuevo capítulo en su historia. La biotecnológica especializada en epigenética, hasta ahora centrada en el desarrollo de medicamentos en fases clínicas de menor envergadura, dará el salto a los estudios de fase II-III. En las próximas semanas, la compañía presentará el diseño de las pruebas para su molécula ORY-2001 (bautizada como Vafidemstat), con indicaciones para combatir distintos trastornos de la personalidad.

 

“Estamos ante un cambio de paradigma y dimensión para la empresa”, señala Carlos Buesa consejero delegado de Oryzon, a PlantaDoce. El diseño del estudio, que deberá pasar el filtro de las autoridades regulatorias europeas y estadounidenses, empezará previsiblemente a principios de 2020 y contará con “unos pocos centenares de pacientes”, según el directivo.

 

La realización de estos ensayos por cuenta propia culmina la estrategia que ha seguido Oryzon estos últimos años, basada en el fortalecimiento de su departamento médico. La compañía ha incorporado a figuras como Roger Bullock, experto en Alzheimer, o Sonia Gutiérrez, quien desempeñó distintos cargos de responsabilidad en Lundbeck y Sanofi. “No podemos tener un programa clínico ambicioso si no está dotado de un músculo profesional que pueda soportarlo”, comenta Buesa.

 

 

Otro de los fichajes clave de esta última etapa ha sido el de Michael Ropacki, exdirectivo de empresas como Johnson&Johnson o SGR&D. Ropacki se convirtió en el primer directivo de la biofarmacéutica española instalado de forma permanente en Estados Unidos, un mercado clave para Oryzon. Para Buesa, “es fundamental tener gente con el know-how acerca del desarrollo de una molécula en fases más tardías”.

 

De hecho, la incorporación de Ropacki ha acelerado la presencia de la empresa en el mercado estadounidense. A finales de mayo, biotecnológica empezó sus primeros ensayos clínicos en el país para su molécula ORY-1001 (Iadademstat), con posibles usos para combatir el Alzheimer.

 

Este fármaco ha vuelto a tomar un papel relevante dentro de la compañía. La nueva terapia ocupó titulares en 2016 después de que Roche invirtiera 23 millones de dólares (21,8 millones de euros) para desarrollar la investigación de la molécula. No obstante, en 2017, la farmacéutica suiza anunció que se desvinculaba del proyecto.

 

 

La decisión provocó que el valor de las acciones de Oryzon se desplomara hasta un 27,5% en ese mismo día, pero la compañía siguió apostando por su producto. “Roche desinvirtió por razones meramente estratégicas”, aclara Buesa. A finales de 2018, la biotecnológica anunció que retomaba los ensayos de esta nueva terapia y, el pasado viernes, presentó sus primeros resultados: la molécula ORY-1001 para combatir la leucemia mieloide aguda arroja datos “positivos y alentadores”, tal y como exponía el grupo en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (Cnmv).

 

La suma de todos estos factores, además, acerca a la empresa al Nasdaq, una meta que la sociedad lleva persiguiendo desde hace años. “Ahora empezamos a tener este grado de madurez que el inversor americano del Nasdaq pide”, asegura Buesa. El directivo no quiere especificar cuándo tiene previsto aterrizar en la bolsa estadounidense, aunque afirma que trabaja “en horizontes breves”.


En 2018, Oryzon destinó 7,4 millones a investigación y desarrollo, un 51% más respecto al ejercicio anterior. Con todo, la empresa indica que las previsiones para los próximos años superarán todos los registros. “Gracias al avance de los ensayos clínicos, observaremos un fuerte salto cualitativo a partir de 2020”, asegura Buesa.