El imperio B. Braun, de fabricar esparadrapo a emplear a 64.000 trabajadores
La multinacional alemana especializada en dispositivos médicos ya está siendo dirigida por la sexta generación. Así es como este grupo pasó de una humilde farmacia en una pequeña localidad alemana a un imperio multimillonario.
7 nov 2024 - 05:00
B. Braun se erige junto a Ipsen como una de las pocas grandes empresas del sector salud con una mujer al frente. Anna Maria Braun, consejera delegada del grupo alemán, es una de las caras más visibles de la sexta generación de propietarios de la multinacional especializada en dispositivos médicos y quirúrgicos, que a día de hoy emplea a más de 64.000 personas en todo el mundo.
Los orígenes de B. Braun se remontan a 1839, cuando Julius Wilhelm Braun compró una humilde farmacia en una pequeña localidad en el corazón de Alemania, en Melsungen. Pero fue Bernhard Braun, hijo del empresario farmacéutico, el que levantó la fábrica con la que la compañía empezó su actividad industrial en 1864, produciendo esparadrapo. El nombre de la centenaria empresa se lo dio este último empresario.
Generación a generación, B. Braun ha ido ampliando su oferta. El hijo de Bernhard, Carl Braun, fue quien inició la fabricación de dispositivos con los que medir la presión sanguínea, un hito que acompañó con el de la apertura de una nueva planta en Milán en 1925, la primera en el extranjero.
La cuarta generación, con los hermanos Otto y Bernd Braun al frente, expandió el negocio con la introducción del hilo quirúrgico de sutura y apuntaló su crecimiento, hasta sumar en 1939 a medio millar de empleados. Tras la Segunda Guerra Mundial, se puso en marcha la producción de dispositivos para la infusión intravenosa, cánulas de punción y productos de plástico para uso hospitalario de un solo uso.
La familia Braun ha mantenido vínculos con el partido liberal alemán
Ludwig Georg Braun, hijo de Otto Braun y padre de Anna Maria, fue designado consejero delegado de la compañía en 1977, cargo que compaginó con el de servir como presidente de la asociación de Cámaras de Comercio de la Industria Alemana. En la actualidad, la propiedad de la empresa se la reparten varios herederos de la saga familiar.
Además de Anna Maria Braun, titular de un 10%, Otto Philipp Braun, su hermano, es propietario de un 23% del grupo, aunque está fuera de la junta directiva desde 2017, año a partir del cual inició varios proyectos propios, algunos vinculados a B. Braun. El resto de la compañía está en manos de Karl Friedrich, Johanna, Ludwig Theodore, Bernhard Sebastian, Eva Maria y Friederike Braun.
En 2023, B. Braun facturó en todo el mundo 8.755 millones de euros, alcanzó un resultado bruto de explotación (ebitda) de 1.019 millones y obtuvo 206 millones de beneficios antes de impuestos.
La familia Braun también ha mantenido vínculos con la política. Concretamente, con el liberal Partido Libre Demócrata (FDP, por sus siglas en alemán), desde que Otto Braun fuera elegido concejal por este partido en el Ayuntamiento de Melsungen en 1952. Ludwig Georg Braun mantuvo la militancia y ocupó cargos municipales por el partido, un vínculo que aún perdura en fichajes como el de Stefan Ruppert, actual director de recursos humanos y parlamentario por el FDP entre 2009 y 2013.
Más discretamente se lleva la militancia de Otto Braun en el Partido Nacional Socialista Alemán (Nsdap) de Adolf Hitler, dónde llegó a ocupar cargos de oficial en las Schutzstaffel, más conocidas por el nombre SS, pocos años antes de entrar en el FDP.