Anton-Giulio Manganelli (Cres-UPF): “Liberalizar es, de alguna forma, una expropiación y esto acaba restando”
El director del Máster en Pharmaceutical & Biotech Management en Eada Business School e investigador del Centre de Recerca en Economia i Salut (Cres-UPF) opina que una liberalización de las patentes restaría incentivos a la investigación.
22 jul 2021 - 04:56
Anton-Giulio Manganelli es director del Máster en Pharmaceutical & Biotech Management en Eada Business School e investigador del Centre de Recerca en Economía i Salut (Cres-UPF). Su investigación se centra en la política de competencia y las prácticas anticompetitivas, particularmente en el sector farmacéutico, y ha trabajado como consultor para empresas farmacéuticas y agencias reguladoras. Manganelli no cree “que el impacto del coronavirus cambie el ránking de quién es más potente y quién lo es menos en el ámbito farmacéutico”.
Pregunta: ¿Cómo ha impactado el Covid-19 en la cadena de suministro del farma?
Respuesta: Durante las primeras fases de la pandemia hubo muchos problemas de suministro. Esta circunstancia se generó porque muchas empresas habían confiado en India y China para conseguir principios activos. Pero todo cambió con la aparición del Covid-19, ya que estas empresas se han dado cuenta del riesgo de ruptura de la cadena de suministro. El impacto económico es negativo ya que las empresas han ubicado sus cadenas de suministro en países próximos y tienen que hacer un dispendio mayor, pero el riesgo es menor.
P.: Aun así, ¿qué riesgos existen todavía?
R.: Es posible que esta crisis afecte a los nuevos fármacos que se están diseñando, ya que esta crisis ha supuesto un aumento de la deuda de los países. Estos han pagado mucho dinero para pagar las ayudas sociales y ahora recortaran de donde puedan. Aquí el mundo farmacéutico puede sufrir.
P.: ¿El mercado se ha llegado a saturar de proyectos contra el coronavirus?
R.: Es difícil decirlo. Es verdad que muchas empresas se han subido al carro con el Covid-19 y todavía no sabemos si hemos llegado al punto máximo de esta crisis. Ahora mismo, las variantes del virus juegan un papel crucial en este sentido. Para las empresas, lo más importante es hacer ensayos rápidos y evitar que el Covid-19 corra más. Aun así, esto también tiene sus inconvenientes, ya que cuesta más prever los efectos adversos que pueden surgir de los distintos fármacos.
“Cuando todo esto acabe, si es que acaba algún día, EEUU y Suiza seguirán siendo los números uno”
P.: ¿Qué países tendrán una industria farmacéutica más potente en el futuro?
R.: No creo que el impacto del coronavirus cambie el ránking de quien es más potente y quien lo es menos. Cuando todo esto acabe, si es que acaba algún día, EEUU y Suiza seguirán siendo los números uno.
P.: Una vez superemos la pandemia, ¿qué pasará con las farmacéuticas que han ampliado sus ingresos durante este periodo?
R.: Lo primordial es saber si el Covid-19 acaba siendo endémico. En este caso se tendrá que hacer una vacuna actualizada, como se hace con la gripe, con el objetivo de implantarse cada año de forma periódica. En ese contexto es evidente que las empresas seguirían teniendo beneficios gracias a la pandemia.
P.: ¿España podrá llegar a producir su propia vacuna?
R.: Ya hay diversos proyectos en marcha que están pendientes de los resultados de eficacia. Si estos son positivos y la vacuna es eficaz, siempre es mucho mejor tener empresas productoras de vacunas cerca antes de tenerlas en otros países.
“Siempre es mucho mejor tener empresas productoras de vacunas cerca antes de tenerlas en otros países”
P.: ¿Se deben liberalizar las patentes?
R.: Liberalizar las patentes, de alguna forma, es una expropiación y, a pesar de que puede haber compensaciones a las empresas, esto acaba restando incentivos a las farmacéuticas para investigar y a la larga sería negativo para la aparición de nuevos fármacos. No hace falta ir mucho más lejos y es suficiente pensar en las variantes: si llegase una mutación que realmente escapa a las vacunas, nos convendría a todos tener farmacéuticas motivadas a investigarlas.
P.: ¿La industria farmacéutica evoluciona hacia una medicina más preventiva que curativa?
R.: Sí, pero no a la velocidad que nos gustaría. En el campo de la medicina preventiva destaca la telemedicina, que es un gran avance que se ha derivado de la pandemia. Se ha demostrado que la atención mediante este sistema, en una gran variedad de casos, es tan buena como la atención presencial. Además, el sistema ahorra el coste de la visita. Otro punto positivo es que, con la implantación de sistemas telemáticos de prevención, el paciente puede contactar al momento con los servicios médicos, lo que mejora la atención.