Ocho de cada diez empresas españolas del sector salud y ‘biotech’ incrementan la inversión I+D
Son datos de 200 encuestas del V Barómetro Internacional de la Innovación de la consultora Ayming para PlantaDoce. El 58% de los encuestados dice financiar su innovación con subvenciones estatales y regionales y recursos propios.
13 feb 2024 - 05:00
El 84% de las empresas españolas de los sectores salud y biotecnológico aseguran que en 2024 ha aumentado su presupuesto de investigación y desarrollo (I+D) frente al 12% que lo ha mantenido y el 4% que lo ha recortado. Son datos para PlantaDoce del V Barómetro Internacional de la Innovación de la consultora Ayming, resultantes de una encuesta a mil directores de I+D e innovación, directores financieros y directores ejecutivos de empresas de 17 países. De estos, un cuarto corresponde a empresas españolas.
Las fuentes de financiación más recurrentes entre los encuestados son las ayudas públicas de administraciones estatales y regionales y la autofinanciación, ambas con un 58%. A estas vías de financiación del I+D les siguen la deuda y el capital y las deducciones fiscales (un 50% cada una) y las subvenciones internacionales (23%).
El peso de la financiación vía ayudas públicas crece 14 puntos porcentuales respecto al barómetro anterior, cuando éstas representaban un 44%, y las deducciones fiscales 17 puntos respecto a 2023. Según el director general de Ayming en España, esto se debe a proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (Perte) como el de Salud de Vanguardia, pensado específicamente para el desarrollo del I+D de este ámbito.
Pero la financiación mediante deducciones fiscales no está exenta de obstáculos relativos al límite del 50% de la cuota íntegra para las deducciones por actividades I+D establecido en la ley del impuesto sobre sociedades.
Cristina Cortés, grants manager de Ayming: “Tener una deducción muy alta por investigación y desarrollo y una cuota baja genera un exceso de deducción fiscal”, sostiene. Esto se da especialmente en los sectores salud y biotecnológico, señala Cortés, porque muchas empresas de ese ámbito o bien tienen una cuota reducida o bien directamente una cuota negativa cuando están en fase de inversión o de expansión. “Esto produce una relación de ingresos menos gastos pequeña, por lo que la capacidad de aplicar deducciones es menor que en otros sectores”, concluye.
Las empresas emergentes tienen dificultades para acogerse a herramientas fiscales como los ‘cashbacks’
También en la monetización de las deducciones o cashbacks los segmentos más emergentes de los sectores salud y biotecnológico pueden verse perjudicados. Esta es una herramienta fiscal que garantiza la recuperación del 80% de la cuantía de la deducción en concepto de I+D que establece algunos requisitos. Uno de ellos es el de mantener la inversión en I+D al menos dos años desde la petición de la deducción, lo que no supone un problema para los sectores estudiados por el informe, y el otro es el mantenimiento de la plantilla dedicada a esta área durante tres años.
Es este segundo requisito el que presenta más complicaciones en empresas tipo start up o scale up, que tienden a desarrollar su I+D de forma mancomunada junto a instituciones públicas o centros público-privados.
En lo relativo a las prioridades de las industrias españolas de salud y biotecnológica, primero está la implementación de nuevas herramientas y tecnologías, seguida por el fomento de la cultura de la experimentación, investigar y comprender las necesidades de los clientes, optimizar y agilizar procesos y mejorar la sostenibilidad.
Este último ámbito está incentivado por el endurecimiento legislativo de la Unión Europea (UE) ante los retos de la emergencia climática. Las normativas de la UE son cada vez más exigentes y esto está obligando a las empresas a adelantarse y a desarrollar soluciones que les permitan cumplir con esta normativa, señala Cristina Cortés.