Entorno

La salud española ‘fala português’: atomización y bajos costes impulsan la inversión en el país luso

Empresas como DomusVi, Asisa o Vivanta han iniciado su expansión hacia sectores como el geriátrico o el dental con inversiones millonarias.

Albert Cadanet

4 feb 2019 - 04:58

La salud española ‘fala português’: atomización y bajos costes impulsan la inversión en el país luso

 

Compañías españolas como Orpea Ibérica o Vivanta impulsan su expansión al país vecino, atraídas por los bajos costes de implantación y la alta atomización del sector local, lo que genera oportunidades de crecimiento para los grupos españoles. La cercanía geográfica y la moneda común, el euro, son otros alicientes para entrar en Portugal, cuya economía avanza además a buen ritmo, con un crecimiento del 2,2% en 2018.

 

Una de las que está realizando una fuerte apuesta en el territorio es DomusVi. En abril cerró la adquisición de Carlton Life, que entonces poseía un solo centro geriátrico en la ciudad de Oporto. A día de hoy, el número de instalaciones del grupo en Portugal se ha ampliado a cinco, aunque la compañía prevé finalizar la construcción de otros dos centros este ejercicio. Su declaración de intenciones es ambiciosa: “la empresa se situará como el segundo operador del país en número de camas, con 613 plazas”, defendió en un comunicado.

 

No menos osada es la estrategia de Asisa, que recientemente anunció la apertura de su primera clínica dental en el país luso. El grupo asegurador tiene intención de invertir cinco millones de euros a lo largo de los próximos dos años y se ha propuesto conseguir una cuota de mercado en Portugal semejante a la que tiene en España. Según los últimos datos de Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras (Icea), esta era del 14%, sólo superada por Adeslas y Sanitas.

 

 

Una de las razones que ha impulsado esta estrategia responde a la atomización del mercado español. Manel Peiró, licenciado en Medicina por la UAB y doctor en Administración y Dirección de Empresas por Esade, opina que “existe poco espacio para nuevos operadores en el sector de la salud en España”. Portugal, en cambio, ofrece “mayores márgenes de crecimiento”, algo que las grandes compañías ya han tenido en cuenta, señala este experto.

 

“Portugal es un país próximo en términos geográficos, culturales y lingüísticos, aunque sus costes laborales son inferiores en comparación al mercado local”, añade Alexandrina Petrova, profesora de Economía de la Salud en la Universidad de Barcelona. Según las últimas cifras de la oficina estadística europea Eurostat, el coste laboral medio por hora de un trabajador español es de 22 euros, mientras que, en Portugal, este importe es de 14 euros.

 

También destaca la evolución de la esperanza de vida en Portugal, algo que llama especialmente la atención al sector residencial. En 1960, los habitantes españoles vivían una media de 69 años, seis más que los residentes del país vecino. España continúa siendo uno de los Estados con mayor calidad de vida en todo el mundo, aunque Portugal no se queda atrás.

 

 

Según datos del Banco Mundial, la esperanza de vida de los españoles roza los 83 años, mientras que la portuguesa es superior a los 81 años. De hecho, un informe elaborado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad pone de manifiesto que Portugal es uno de los países donde los ancianos de más de 65 años tienen una mayor esperanza de vida (de media, viven 20 años más, un tiempo superior a la media Europea).

 

Para el sector dental, existen otros motivos que han impulsado la inversión española en Portugal. Juan Olave, consejero delegado de Vivanta, defiende que existe “una similitud que hace muy replicable el proyecto que se está acometiendo en España”.

 

Manel Peiró, de Esade, añade otro matiz. “En España todos recordamos el fracaso del sector dental”, explica. La entrada en un nuevo mercado por explotar se presenta como una situación idónea para empezar de cero y obtener un prestigio que, en otro sitio, ha quedado en duda.