La salud digital dispara la captación de fondos para proyectos con foco social

La vertiente social de la salud digital se pone de moda en el mercado estadounidense y sube de marcha tras la pandemia. Las empresas de este sector, dedicadas a iniciativas vinculadas con determinantes sociales de la salud y a la atención de poblaciones desatendidas, captaron 550 millones de dólares en 2021, lo que supuso doblar el capital percibido a lo largo del año anterior.

En 2020, la inversión de los fondos en esta clase de compañías fue de 277 millones de dólares, según el informe Digital health: An opportunity to advance health equity realizado por Mckinsey.

El año anterior, antes de la pandemia, las empresas de este subsector habían captado algo más que en 2020: un total de 332 millones de dólares. Ya entonces, esta cifra supuso un récord y prácticamente triplicaba todo el capital captado entre 2016 y 2018.

Sin embargo, estas iniciativas todavía cuentan con poco peso dentro del sector de la salud digital estadounidense, ya que les correspondía el 1,7% de todo el capital captado en el país a lo largo de 2021. El año pasado, la financiación para el sector del digital health alcanzó un récord de 29.100 millones de dólares.

En 2019 las empresas salud digital dedicadas a determinantes sociales recaudaron 332 millones de dólares

Igualar el acceso y la calidad de la atención médica no sólo pretende mejorar los resultados individuales, sino que también tiene efectos saludables en la economía global. En este sentido, la consultora estadounidense sostiene que las mejoras en este ámbito han contribuido a generar un tercio de todo el crecimiento económico de las economías avanzadas en el siglo XXI.

Para sostener este desarrollo, Mckinsey apuesta porque las soluciones de salud digital se diseñen con el objetivo de alcanzar cuotas de mercado previamente excluidas o infrarrepresentadas.

En Estados Unidos, la falta de acceso a la atención médica conlleva disparidades en este ámbito. Un ejemplo de ello son los habitantes de origen hispano con menos de 64 años, un nicho poblacional que tiene más del doble de probabilidades de no tener seguro que sus homólogos blancos, según un estudio de Kaiser Family Foundation.

Esta organización también expone que los afroamericanos residentes en Estados Unidos tenían peor salud en 19 de 27 parámetros analizados, incluida la mortalidad infantil, las muertes relacionadas con el embarazo, la prevalencia de afecciones crónicas y salud mental.