La fiebre de las ‘farma’: las compras se disparan un 44% en diez años y superan las 1.281 operaciones
Los expertos señalan que una de las razones de esta tendencia es la abundancia de pequeños laboratorios de investigación, activos muy cotizados entre las grandes compañías.
21 ene 2019 - 04:58
Los bolígrafos de los ejecutivos de las farmacéuticas echan humo. Cada día que pasa, en algún lugar del mundo, el sector firma entre tres y cuatro acuerdos para cerrar una fusión o adquisición. El ritmo es frenético y no tiene precedentes. En 2018, la industria completó 1.281 operaciones en el mundo, la cifra más alta en toda la historia, según el Instituto de Fusiones y Adquisiciones y Alianzas (Imaa, por sus siglas en inglés).
Los datos actuales difieren de la evolución de la última década, donde este tipo de transacciones permaneció relativamente estable. Entre 2004 y 2013, el número de fusiones y adquisiciones se mantuvo en una franja de entre 760 y 906 por año. La fiebre de las ‘farma’ empezó a notarse en 2015, cuando las operaciones ascendieron a 965, mientras que durante los años siguientes, la cifra superó el millar. En los últimos diez ejercicios, las compras se han disparado un 44%.
El valor conjunto de estos acuerdos tampoco se aleja de los récords en el sector. Este alcanzó 244.660 millones de dólares (214.778 millones de euros) en 2018, el tercer mayor registro de la serie, tan sólo superado en 2014 y 2015. Entonces, únicamente Novartis, Pfizer y Valeant abrieron una ola de compras, que ascendió a 126.000 millones de euros.
La oleada de compras en el sector farmacéutico empezó a notarse en 2015, cuando el número de operaciones se acercaba al millar
A excepción de estos dos años, tan sólo en 1999 se registró una actividad similar. Aquel periodo vino marcado por la compra de Warner-Lambert por parte de Pfizer, valorada en 85.300 millones de euros (cantidad que representa casi la mitad de todas las operaciones que se firmaron entonces). Si comparamos los datos actuales con los de 2008, el crecimiento es evidente. Hace una década, el valor de las operaciones fue de 130.248 millones de dólares (114.340 millones de euros), casi la mitad de la suma actual.
Pero los datos no sorprenden a los expertos, quienes señalan a los pequeños laboratorios como los principales impulsores de esta fiebre comercial. Su proliferación interesa a los big players. “Las grandes empresas tienen interés en hacerse con productos nuevos”, comenta José Félix Lobo, profesor emérito de la Universidad Carlos III y director de economía y políticas de salud de Funcas.
La compra de sociedades de menor tamaño “es una forma de acceder a la innovación por parte de los grandes grupos”, añade Lobo. Por otro lado, también cabe destacar las operaciones entre las mayores corporaciones. “En estos casos existe una motivación que consiste en ampliar la posibilidad de abarcar proyectos de investigación y comercialización sumando recursos”, comenta Lobo.
Los expertos señalan que la creación abundante de pequeños laboratorios compensa la concentración hacia la que tiende el sector
El resultado final que arroja todo este proceso es una mayor concentración empresarial, algo que preocupa a los conocedores del sector. Lobo resalta dos problemas resultantes de dicho proceso. Por una parte, la instauración de una política de “altos precios”, acompañada de una “dificultad de negociación” en el importe de los fármacos por parte de la Administración pública.
Existe otro factor a tener. Bajo un escenario de concentración, la competencia se reduce. Esta situación puede desincentivar a las grandes compañías a desarrollar ciertos medicamentos que mejoran a los actuales. “Afortunadamente, la creación de pequeñas empresas viene a compensar estos desajustes”, puntualiza Lobo.
Aunque también existen aspectos positivos. “Las multinacionales tienen los recursos para transmitir el conocimiento y la innovación”, comenta el profesor de la Carlos III. De esta forma, la accesibilidad de médicos y pacientes a los fármacos mejora notablemente.
La concentración empresarial deriva en la instauración de una política de altos precios por parte de los fabricantes
Donde la concentración ya se ha instalado es entre los fabricantes de equipamientos médicos electrónicos. Prueba de ello son los datos que aporta el Imaa. Tras registrar 960 fusiones o adquisiciones valoradas en 83.365 millones de euros en 2016 (la segunda cifra más alta de la historia), el mercado acumula dos años reduciendo el importe de estas operaciones. En este caso, el sector parece haber llegado a su techo.
A pesar de todo, las transacciones relacionadas con el negocio de la salud siguen teniendo un peso importante en el mercado global. Si se tiene en cuenta el valor de las adquisiciones en el conjunto de los sectores, la industria farmacéutica representa un 8% del valor total de las operaciones, superando al inmobiliario, a la industria de la alta tecnología o al retail.