El salto del ‘big data’ en salud, en sala de espera por la regulación
Controlar los datos médicos de los pacientes es clave para el desarrollo de un nuevo modelo de medicina predictiva, pero los reguladores todavía están definiendo cómo deben implementarse las grandes bases de datos en sanidad.
23 oct 2019 - 04:58
La industria del big data prepara el terreno para dar el gran salto al sector de la salud. Según el informe Global big data in healthcare market by component, elaborado por la consultora Report Linker, las empresas especializadas en la recopilación de datos en sanidad generaron una facturación agregada de 14.700 millones de dólares (13.175 millones de euros) en 2018. El volumen de negocio actual no es nada menospreciable, pero se queda pequeño en comparación a su potencial.
El estudio de Report Link apunta que, en 2024, el sector alcanzará una facturación de 42.800 millones de dólares (38.360 millones de euros), acumulando crecimientos interanuales del 20%. “La aplicación del big data en salud va a reportar mayores beneficios respecto a otros sectores como las finanzas, la industria manufacturera o las telecomunicaciones”, apunta otro informe elaborado por International Data Corporation (IDC), un proveedor estadounidense de estudios de mercado. Los expertos coinciden en que la implantación plena de esta tecnología implicará grandes cambios en el modelo de negocio de hospitales, farmacéuticas y empresas de servicio, pero esta transformación todavía sigue en stand by.
“El salto cualitativo y cuantitativo del sector salud gracias al big data va a ser enorme, pero nos encontramos con algunas barreras como por ejemplo factores regulatorios en el acceso y el uso de los datos”, señala Sergio Muñoz, asesor principal de innovación y emprendimiento en el departamento de internacionalización e innovación de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin). Para Muñoz, los proyectos en big data vinculados a la salud “tienen, en un porcentaje alto de casos, un contexto relacionado con el ámbito de la investigación, centrados en enfermedades concretas y escasas posibilidades de combinarlos con datos relacionados con otros condicionantes de salud".
La Comisión Europea está trabajando para implementar una base de datos federada a escala continental
El papel de los reguladores es fundamental, y la Unión Europea es consciente de ello. De hecho, la Comisión Europea está trabajando en la creación de una base de datos federada que interconecte a distintos agentes vinculados al universo de la salud. De este modo, cada facultativo podrá acceder a los datos médicos de un paciente, independientemente de cuál sea su origen y de qué centros haya visitado anteriormente.
Una vez se implemente esta normativa (los expertos señalan que la base de datos federada echará a rodar antes de 2027), a la salud se le abrirán muchas puertas. La genómica personal es uno de los pilares de la medicina preventiva, una especialidad que toma especial relevancia en campos como la oncología o la cardiología.
A su vez, la introducción del almacenaje de datos en salud implicaría un importante ahorro de costes, según los expertos. “Es muy importante entender cómo se comporta el paciente en su día a día; de este modo, no es necesario esperar a la enésima consulta para emitir un diagnóstico efectivo”, comenta Núria Pastor, consejera delegada de HumanITcare, una empresa especializada en el desarrollo de plataformas para monitorizar los datos de los pacientes en estudios clínicos.
La implementación del big data en salud permitirá optimizar la relación entre el médico y el paciente
A todo ello, el papel del médico tomará una nueva dimensión. “El contacto entre el médico y el paciente no va a desaparecer; simplemente el médico dispondrá de más información”, puntualiza Pastor. “El big data y la inteligencia artificial ayudará al profesional de la salud en la toma decisiones, mejorando la precisión del diagnóstico y contribuyendo a un mejor seguimiento y tratamientos más personalizados, con la consiguiente reducción de errores", añade Sergio Muñoz, de Fenin. Para este experto, "este nuevo paradigma hará que el profesional disponga de más tiempo para tratar al paciente desde un punto de vista más personal".
Pero la implantación de grandes bases de datos en salud todavía genera ciertas inquietudes. La mayor de ellas pasa por la seguridad de los datos. Según el informe Cost of data breach, elaborado por el instituto estadounidense Ponemon, las acciones emprendidas en ciberseguridad dentro del sector de la salud han supuesto un gasto medio de 325 euros por habitante durante los últimos cuatro años. Con todo, Muñoz es optimista. “Tenemos casos de éxito en otros sectores como el financiero o el de la energía”, señala. En este sentido, el asesor de Fenin afirma que “disponemos de la tecnología necesaria, pero debemos ser capaces de superar las barreras existentes para desplegar todo el potencial y el valor que puede aportar a la salud".
El sector es consciente de los cambios que se acercan, y los grandes líderes del sector medtech están tomando posiciones. Distintas empresas especializadas en el desarrollo de medical devices están empezando a crear divisiones digitales con el objetivo de agrandar su cadena de valor, siempre con un ojo puesto en gigantes como Amazon o Google, compañías ajenas a la industria pero con enormes recursos para implementar proyectos disruptivos en cualquier sector.