El cierre de fronteras dinamita hasta el 50% del negocio de actores clave de la salud en España
La facturación procedente del paciente internacional es del 32% para grupos como Centro Barraquer de Barcelona, o incluso de la mitad para la compañía de reproducción asistida Clínica Tambre.
29 jun 2020 - 05:00
Estrenada la nueva normalidad en España, es el momento de que las compañías repiensen su estrategia de negocio a medio plazo ante la delicada y compleja situación económica que atravesará el país. Un escenario del cual no son ajenas las empresas del sector sanitario y mucho menos aquellas que confían en el paciente internacional gran parte de sus ingresos. Grupos de reproducción asistida, como el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) o Tambre; de oftalmología, como Miranza o Barraquer, o incluso de medicina estética son actores clave del denominado turismo sanitario en España, que ahora ven como el cierre de fronteras por la crisis del Covid-19 puede dinamitar hasta un 50% de su facturación.
Por el momento, Europa ya ha anunciado que comenzará a partir del próximo 1 de julio la reapertura gradual de sus fronteras con los países del exterior tras varios meses de cierre. La Comisión Europea plantea, no obstante, mantener el veto a algunos viajeros en función de su procedencia, entre los que se encuentran, por ejemplo, los ciudadanos que vengan de Estados Unidos, Rusia o Brasil debido a las altas cifras de contagios y muertes por Covid-19 que todavía mantienen. Mientras, María Jesús Montero, portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda afirmaba el pasado viernes que España exigirá un acuerdo de apertura de fronteras de todos los países de la Unión Europea “sin riesgo para la salud y seguridad”.
Ante la posibilidad de que, al menos por el momento, haya pacientes que no puedan viajar a España y muchos más que no quieran salir de sus países por precaución, el turismo sanitario se ve duramente castigado. Se trata de un sector que genera una cifra de negocio de 500 millones de euros, de acuerdo con los últimos datos correspondientes a 2017 del clúster español de turismo de salud en España, Spaincares, y que en 2020 deja en el aire mil millones de euros de facturación, según la estimación realizada por la entidad mucho antes del estallido de la pandemia.
Descensos de entre el 20% y el 50% del negocio
La crisis del Covid-19 ha hecho mella en la cuenta de resultados de distintos grupos sanitarios españoles: en algunas compañías el impacto ha llegado a ser de entre el 20% y el 50% de la facturación, evidenciando de esta manera la gran importancia que representa el paciente extranjero. Es el caso del gigante de la reproducción asistida IVI, ya que en su caso estos clientes “suponen aproximadamente el 20% de nuestra actividad, por lo que lógicamente el cierre de fronteras a causa del Covid-19 ha influido negativamente en este hecho”, según explican desde la dirección de la empresa a PlantaDoce.
Desde la compañía de reproducción asistida comentan que algunos de sus centros en España tienen mayor relación con pacientes extranjeras que otras, como es el caso de Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla o Málaga. “Estas clínicas, obviamente, han sido las más afectadas por esta crisis sanitaria; no obstante, seguimos recibiendo un gran número de llamadas y consultas de pacientes internacionales dispuestos a retomar sus tratamientos, convencidos de que el Covid-19 no puede frenar su ilusión por ser padres”, añaden desde el grupo.
Desde Clínica Tambre, Inge Komerlink, consejera delegada del grupo, comenta que el paciente internacional representa “el 50% de nuestro negocio”. A pesar de ello, la directiva destaca que Tambre lleva más de cuarenta años de actividad y confía en que “la excelencia, la atención personalizada y la continua investigación y desarrollo científico propician que la clínica pueda seguir creciendo”.
Pero la afectación no es exclusiva de la industria reproductiva. Desde el sector oftalmológico, el Centro Barraquer de Barcelona ha visto mermada su cifra de negocio procedente de pacientes extranjeros. “Habitualmente, el 32% de nuestra facturación procede de pacientes de fuera de España, y la previsión es recuperar progresivamente ese volumen”, explica Ignacio Elizalde, gerente del grupo. Para compensar ese revés, desde la compañía señalan que, afortunadamente, el paciente nacional está respondiendo bien y que en las últimas semanas han percibido “un incremento en la solicitud de horas de visita o información para cirugía que compensa en cierta medida la disminución de los pacientes internacionales”.
Otros grupos oftalmológicos como Miranza también hacen evidente que, en lo referente a la atención de pacientes internacionales, el negocio ha caído notablemente durante estos meses. A pesar de no aportar una cifra exacta, Ramón Berra, consejero delegado de la compañía, destaca que el grueso de los pacientes extranjeros procede de países árabes, tanto de Oriente Próximo, como del norte de África. “Mientras no se abra la posibilidad de viaje con estos países no esperamos retomar esta actividad”, comenta el ejecutivo.
Desde Parque Hospitales incluso se atreven a vaticinar una cifra sobre la afectación que les ha supuesto la crisis del Covid-19. La facturación de los turistas internacionales representa el 20% del total de la compañía, que además, según Gabriel Uguet, gerente del grupo, “en un escenario optimista, estimamos que la facturación se reducirá alrededor de cinco millones de euros”.
Casi irrelevante es la afectación del turismo internacional para otras empresas como Clínica Baviera. La compañía, que presentó un expediente temporal de regulación de empleo (Erte) para más del 80% de su plantilla en España en el primer trimestre, calcula que “el importe procedente de pacientes extranjeros fue inferior al 1% facturado en 2019”.
Afectación por el confinamiento
Más allá de la afectación económica y el descenso del negocio, las compañías han tenido que adaptarse durante estos meses en los que se ha notado la menor actividad y el cierre de algunos de sus centros. No obstante, los grupos han intentado no perder el contacto con sus clientes, aunque fuera vía telemática, y atender presencialmente a aquellos cuyos casos fueran urgentes.
Igancio Elizalde, gerente de Barraquer, comenta que entre el 16 de marzo y el 10 de mayo, únicamente se atendieron casos urgentes y pacientes cuyos tratamientos eran inaplazables. De cara al futuro, desde la compañía han impulsado una auditoría para certificar que Barraquer es un espacio seguro para pacientes y empleados. “Con la reanudación de los vuelos internacionales a partir de mediados de julio, confiamos en ir recuperando los pacientes procedentes de países extranjeros, y esperamos en que durante el último trimestre del año volvamos a niveles pre-Covid19”, comenta el directivo.
Desde Tambre, su consejera delegada, Inge Komerlink, explica que la empresa decidió cesar la actividad presencial entre el 1 de abril y el 11 de mayo, siguiendo las recomendaciones de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), entre otros organismos. La compañía hace hincapié en que cuenta con salas de espera individuales, un hecho que “palia en parte la inseguridad que puedan tener algunos pacientes a la hora de enfrentarse a esta nueva normalidad”, añade Komerlink.
Escenario futuro
La industria sanitaria, igual que el resto de sectores, se enfrenta además a un entorno económico adverso e incierto por lo particular de esta crisis: una caída del Producto Interior Bruto (PIB) de entre el 9% y el 15,1% para este año prevista por el Banco de España, así como un desempleo en torno al 20% que augura el Gobierno.
A pesar del contexto económico y de la menor llegada de pacientes internacionales, los grupos son optimistas de cara al futuro. Gabriel Uguet, gerente de Parque Hospitales, destaca que la compañía está en constante crecimiento en pacientes nacionales y dice que “esperamos suplir este descenso del internacional con el crecimiento del nacional y con una mayor colaboración con la sanidad pública, ya que sin duda las administraciones autonómicas deberán aprobar en los próximos meses ambiciosos planes de concertación para reducir el colapso de listas de espera”.
Un optimismo que también muestran desde Barraquer. Su gerente está convencido de que el paciente internacional volverá a solicitar sus servicios. “Nuestra relación está basada en la confianza mutua desde hace muchos años, y nos mantenemos en contacto con los organismos gubernamentales de los países que nos remiten pacientes para ofrecerles nuestra colaboración durante este periodo”, apostilla Elizalde.
Desde el IVI hacen especial mención a la seguridad e higiene, además de la tecnología, para volver a recuperar esa confianza del paciente. La digitalización de sus canales le permite a la compañía ofrecer a los clientes “un servicio personalizado y adaptado a sus necesidades”, comentan desde la dirección del grupo de reproducción asistida.