Entorno

Dos años de estancia y 50.000 euros de gasto: radiografía del residente senior en España

Las personas mayores que viven en un centro residencial en España pagan una media de 2.000 euros mensuales para poder disfrutar de todos los servicios y su estancia se alarga por un periodo promedio de 24 meses.

A. Escobar

7 oct 2019 - 04:58

Dos años de estancia y 50.000 euros de gasto: radiografía del cliente senior en España

 

La España envejecida adquiere cada vez más un mayor protagonismo. Más ancianos y más dependientes, este es el primer escáner que muestra cómo se está transformando la pirámide de población en el país, con una sociedad cuyos mayores de 65 años alcanza ya los nueve millones de personas. El escenario es cuanto menos halagüeño para los gestores de los centros residenciales en el mercado nacional, una vez se conoce que estos nueve millones de habitantes pasarán a ser 19 millones de personas en 2050, según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef). ¿Cómo es hoy el paciente español que ingresa en un centro de mayores? Una media de 50.000 euros de gasto, dos años de estancia y pluripatología son algunas de las características que definen el perfil de este residente.

 

Según los últimos datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en base al censo de población y viviendas 2011, en España existen más de 270.000 mayores que viven en residencias para la tercera edad. El INE no actualizará el censo de población en España hasta 2021; no obstante, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic) aporta estadísticas más recientes y cifra en 400.000 las plazas existentes.

 

Cada uno de estos mayores está, de media, dos años en un geriátrico y paga 2.000 euros mensuales. “El precio medio por residente y día se sitúa en setenta euros en España, una cifra que oscila entre 120 euros y 150 euros en países como Alemania”, explican fuentes del sector de la promoción y gestión de activos residenciales a PlantaDoce. Los expertos consultados señalan, además, que “más o menos el 25% de los mayores fallecen al año de estar ingresados”.

 

Una visión similar a la de la división de mayores de Sanitas, que atiende a más de 6.100 personas dependientes. Desde el departamento encabezado por Domènec Crosas, director general de esta área, manifiestan que “en Sanitas Mayores ofrecemos una amplia variedad de servicios, ya que es posible encontrar desde personas que necesitan pequeñas ayudas hasta mayores con una dependencia total; la media de tiempo de los residentes en nuestros centros es de dos años”.

 

 

 

 

Opiniones similares a la de la Associació Catalana de Recursos Assistencials (Acra) y su presidenta y también consejera delegada del grupo de geriátricos y centros de día L’Onada Serveis, Cinta Pascual. La ejecutiva sostiene que “los usuarios de residencias están una media de dos años y medio, y en el 74% de los casos la baja es por defunción”. Se ha observado, continúan desde Acra, que “los nuevos usuarios tienden a una estancia media inferior, que podría ser causada por el hecho de que ingresan con un peor estado de salud”.

 

“Los residentes suelen aguantar en casa todo lo que pueden y cuando van a una residencia es que no hay alternativa, llegan pacientes pluripatológicos”, comenta Jesús Cubero, presidente de la Asociación Estatal de Servicios Residenciales de la Tercera Edad (Aeste). Para Cubero hay una problemática añadida ligada a los precios que ofrecen los centros de titularidad pública por paciente y día.

 

El presidente de la patronal del sector de las residencias apunta que en los centros públicos hay tarifas por cuarenta euros por residente y día. “Con esos precios, los operadores privados encuentran imposible trabajar con la Administración porque es inviable ofertar un servicio de calidad”, apuntilla Cubero.

 

 

 

 

Asimismo, en una residencia de mayores pública puede establecerse un copago entre la Administración y la persona usuaria en función de su pensión y patrimonio. “Existe una calculadora que determina el grado de copago de cada individuo, aunque puede ser que por su vulnerabilidad económica y social no haya de copagar el servicio”, añaden desde Acra.

 

Otro detalle a tener en cuenta es el grado de dependencia que tiene el paciente y el importe final a pagar. El grado 1 responde a una persona con un leve deterioro (suele estar en casa y se le conceden servicios de atención domiciliaria). El grado dos es el de un mayor con deterioro medio, mientras el tercero corresponde a aquellas personas con una gran dependencia. “Para este último grupo de residentes existen subvenciones que alcanzan 600 y 700 euros mensuales; el resto lo completa el paciente o la familia”, explican fuentes del sector.

 

Para Acra, el coste de la plaza para una persona en situación de máxima dependencia o gran dependiente es de 1.869 euros mensuales, mientras que para los mayores en situación de grado dos, el precio se reduce ligeramente, hasta 1.652 euros al mes.

 

La semana pasada se dio a conocer la inversión en geriátricos en Europa hasta el tercer trimestre del año. Desde enero, las compañías han invertido más de 700 millones de euros en este tipo de activos en el Viejo Continente, según la consultora Savills Aguirre Newman. Según la consultora, el mercado de las residencias para personas de la tercera edad está todavía en “su infancia”, por lo que ofrece oportunidades en Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Polonia y España.