Icade y Amavir compran dos residencias llave en mano para la tercera edad por 22 millones

Los alternativos atraen la inversión. Icade Healthcare Europe y Amavir, filial española del grupo francés Maisons de Famille, han adquirido por 22 millones de euros dos proyectos llave en mano de residencias para personas de la tercera edad, ubicadas en Madrid y Ciudad Real.

Esta es la primera operación que realiza la firma en España, tal y como informó la compañía el pasado marzo, cuando firmó un acuerdo preliminar para su compra. Los centros se alquilarán durante 25 años, sin opción de ruptura.

En el caso de la residencia de Madrid, su finalización está prevista para el segundo trimestre de 2022, mientras que la ubicada en Ciudad Real estima empezar a operar en el segundo trimestre de 2023.

En total, ambos activos suman una superficie de más de 16.000 metros cuadrados y contarán con más de 300 camas. Esta es la primera operación que realizan ambos grupos en España y prevén seguir invirtiendo en el mercado español.

“Tras la entrada en Italia y Alemania, la primera adquisición en España representa un hito para la expansión internacional de la división de inversión en activos de salud y sitúa la inversión total realizada fuera de Francia desde 2018 en 740 millones de euros”, apuntan desde Icade.

El vehículo con el que se ha realizado la compra es un 59% propiedad de Icade, a través de su filial en España. Icade es una compañía de inversión inmobiliaria francesa, con una cartera valorada en 14.700 millones de euros, y cuenta también con división de promoción donde desarrollan viviendas, oficinas y espacios públicos.

Amavir, empresa surgida de la fusión entre Amma y Adavir, gestiona un total de 6.223 plazas en 42 residencias, 21 de ellas en Madrid, el 2,2% de las plazas privadas, y está presente en siete comunidades autónomas. La compañía tiene presencia en Francia, Italia y Alemania y está presente en 142 residencias.

Durante los próximos treinta años, España necesitará abrir cien residencias para la tercera edad al año para dar respuesta a las necesidades residenciales que irán asociadas al progresivo envejecimiento de la sociedad. Si no se sumara ningún nuevo activo al mercado hasta 2050, la escasez de camas afectaría a 400.000 personas, según un informe de la consultora PwC y la Federación Española de la Dependencia (FED).