Grifols sella un acuerdo en Marruecos para desarrollar su primer proyecto industrial en África
La farmacéutica catalana diseñará y construirá los equipamientos de una nueva línea de producción para Soludia Maghreb, una compañía suministradora de soluciones para hemodiálisis.
3 jul 2019 - 12:10
Grifols explora nuevos continentes. La farmacéutica catalana ha sellado un acuerdo en África para desarrollar su primer proyecto industrial en el territorio. La empresa ha sido seleccionada por Soludia Maghreb, una compañía suministradora de productos para hemodiálisis con sede en Marruecos, como principal proveedor para una nueva planta de producción.
En concreto, Grifols diseñará y construirá los equipamientos de una nueva línea de producción especializada en la fabricación de soluciones intravenosas en bolsa. Grifols Engineering, la división del grupo que proporciona servicios de tecnología y consultoría a los sectores farmacéutico y biotecnológico, se hará cargo del proyecto.
Según las previsiones de la compañía, la planta de Soludia Maghreb estará operativa en 2020, tal y como ha señalado Grifols en un comunicado. Para Víctor Grífols Deu y Raimon Grífols, consejeros delegados de la empresa, “el proyecto marca un hito para el grupo en África”. En este sentido, ambos directivos esperan “seguir brindando esta tecnología en toda la región en los próximos años”.
Grifols asegura que la nueva planta de producción de Soludia Maghreb estará operativa en 2020
Por otra parte, Abdelaziz Rezkaoui, consejero delegado de Soludia Maghreb, ha asegurado que esta operación “es solo el comienzo de otra colaboración a más largo plazo en Marruecos y África”.
El anuncio de este acuerdo llega poco después de que Grifols decidiera subir una marcha en otros mercados como China, donde quiere expandir el negocio de los hemoderivados. El último paso en esta dirección fue la compra del 26,2% de Shanghai Raas, una de las mayores empresas en el gigante asiático especializado en el desarrollo de proteínas plasmáticas.
En paralelo, la farmacéutica debe afrontar un crédito de 315 millones de euros con distintas entidades bancarias que utilizó para financiar la compra de los centros de Biotest y Haema, situados en Estados Unidos y Alemania, respectivamente.