2023, las ‘farma’ pierden los anabolizantes Covid y lanzan planes de contingencia
Ante la menor oferta y demanda de productos contra el coronavirus, las farmacéuticas se han decantado por otro tipo de medicamentos y tecnologías. Algunos tratamientos contra distintos tipos de cáncer están copando protagonismo.
22 dic 2023 - 05:00
En 2020, la vacuna contra el Covid-19 se convirtió en el blockbuster por excelencia para todas las grandes compañías farmáceuticas. Pero tres años después, una vez superada la pandemia y con una menor incidencia del Sars-Cov-2 entre la población, las grandes farmacéuticas han visto como ese mercado cada vez se estrecha de manera más rauda.
Tras batir resultados de récord, Pfizer, Moderna, AstraZeneca o BioNTech han tenido que ajustar sus planes por la menor venta de vacunas contra el Covid-19 (que ahora han de negociar directamente con los operadores) y buscan otras vías de crecimiento, apoyándose en el ARN mensajero, que permite avanzar en la investigación contra distintos cánceres.
la lucha por el paciente post-Covid
Moderna ajusta su producción
Moderna, con sede en Cambridge (Massachusetts), anunció en el tercer trimestre de 2023 la reducción en la fabricación de vacunas contra el coronavirus para adaptarse a una menor demanda y poder alcanzar el crecimiento del margen bruto previsto, un objetivo que pasa por llevarlo del 75% al 80%.
En agosto, Moderna estimaba que la demanda de la vacuna en Estados Unidos sería de entre cincuenta millones y cien millones en la temporada de otoño. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en 2022 se administraron 153,8 millones de vacunas contra el Covid-19 en Estados Unidos. Desde la compañía señalan que las conversaciones con los proveedores para reducir la producción de la vacuna pueden alargarse hasta 2024. La empresa también tiene acuerdos para suministrar vacunas Covid-19 a otros países, como Reino Unido, Canadá y Japón, pero no cuenta con ningún acuerdo con la Unión Europea.
En los nueve primeros meses del ejercicio, Moderna ingresó apenas 3.878 millones de dólares, un 71% menos que el año anterior, y anotó unas pérdidas de 4.931 millones de dólares. Durante el periodo, la empresa redimensionó su infraestructura para hacer su negocio vinculado al Covid-19 rentable a partir de 2024. Para ese año, la compañía prevé facturar unos 4.000 millones de dólares y regresar a la senda del crecimiento a partir de 2025.
Pfizer reduce previsiones
La caída continua de las ventas en los productos relacionados con el Covid-19 también ha golpeado los resultados de Pfizer. El grupo desplomó un 79% su resultado en los nueve primeros meses del ejercicio y sólo en el tercer trimestre perdió 2.382 millones de dólares, sus primeros números rojos desde 2019.
La compañía achaca estos resultados a un cargo de 5.600 millones de dólares relacionado con sus productos Covid, como el tratamiento antiviral Paxlovid y la vacuna Comirnaty. Por su parte, los ingresos cayeron un 42% en el tercer trimestre, acumulando un descenso también del 42% en los nueve primeros meses, hasta 44.247 millones de dólares. Pfizer llegó a registrar ingresos récord de 100.330 millones de dólares en 2022, pero la caída de la demanda de la vacuna le ha hecho adentrarse en un plan de contingencia para ahorrar 3.500 millones de dólares. El plan incluirá el cierre de unas instalaciones en Nueva Jersey, con 791 trabajadores afectados, y el despido de unas 200 personas en su planta de Michigan y otros cien en Irlanda.
Para el cierre de año, la compañía espera registrar ventas de entre 58.000 millones de dólares y 61.000 millones de dólares, por debajo de sus anteriores previsiones anuales, que pasaban por anotar ingresos de 67.000 millones de dólares y 70.000 millones de dólares. Este deterioro se debe “únicamente a los productos Covid”, según subraya la empresa neoyorkina.
Ante la caída de las ventas en los productos Covid, Pfizer se ha refugiado en negocios de dos de las compañías que adquirió en 2022: la medicación contra la migraña Nurtec ODT de Biohaven Pharmaceuticals y el tratamiento de la anemia falciforme Oxbryta de Global Blood Therapeutics.
La biotecnológica alemana BioNTech, el socio estratégico de Pfizer para el desarrollo de la vacuna contra el Covid-19, también ha sufrido en sus cuentas el impacto de la caída de la demanda. La compañía anunció una provisión de 900 millones de euros como consecuencia del deterioro de su inventario. La mayoría de las cancelaciones de la producción de la vacuna de Pfizer correspondían a materias primas, principalmente lípidos relacionados con la formulación, adquiridos durante la pandemia, así como a dosis de la vacuna Covid-19 adaptadas a otras variantes.
J&J, AstraZeneca, Lilly y Merck MSD buscan nuevas vías de crecimiento
Otra de las grandes farmacéuticas que lanzó su propia vacuna fue Johnson&Johnson (J&J), pero su llegada fue más tardía que la de Pfizer y Moderna y su negocio se encuentra más diversificando. A pesar de prever una caída de la demanda en sus vacunas Covid-19, J&J ha superado sus estimaciones de beneficios y ventas gracias al aumento de productos farmacéuticos y dispositivos médicos.
AstraZeneca también ha conseguido amortiguar el golpe por la caída de la demanda de productos relacionados con el Covid-19 gracias a la venta de productos contra el cáncer. En el acumulado de los nueve primeros meses, la empresa elevó su facturación un 2%. Excluyendo los fármacos vinculados al Covid-19, los ingresos aumentaron un 12%.
Por su parte, Eli Lilly, que ingresó más de 1.800 millones de euros en 2022 con tratamientos de anticuerpos monoclonales, no espera ningún ingreso de este en 2023. La farmacéutica estadounidense se ha centrado en especialidades como la dermatitis o la oncología y ha cerrado en el último año distintas adquisciones de compañías en estas áreas.
Por último, la compañía estadounidense Merck MSD ha pasado de facturar más de 5.300 millones de euros con su píldora contra el Covid-19, Molnupiravi, en 2022, a anticipar unos ingresos de menos mil millones de euros con este medicamente para el ejercicio 2023.