Ion Arocena (Asebio): “El sistema no tiene los instrumentos adecuados de financiación para el ‘biotech’”
El director general de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio) considera que la crisis está canalizando un cambio cultural en el canal de inversión con mayor predisposición hacia el sector biotecnológico.
10 dic 2020 - 04:58
Ion Arocena es el director general de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), cuyo objetivo es representar los intereses de las empresas, fundaciones, centros tecnológicos y de investigación que desarrollan actividades en el ámbito de la biotecnología. Arocena, que asumió el cargo en marzo de 2016, opina que la crisis es una oportunidad para cambiar el sistema de financiación, ya que no tiene los instrumentos adecuados para el sector biotecnológico.
Pregunta: ¿Hasta qué punto ha impulsado la pandemia el sector biotecnológico?
Respuesta: La pandemia ha impulsado el sector biotecnológico hasta hacerlo protagonista. Desde el estallido de la pandemia, la industria ha trabajado en desarrollar test, pruebas diagnósticas y tratamientos contra el Covid-19. En Asebio lanzamos una encuesta para observar el impacto del coronavirus en las empresas y vimos que casi la mitad de las compañías han reorientado su actividad para buscar soluciones contra la pandemia. Estas capacidades demuestran que el sector biotech es resiliente y desacoplado del ciclo económico. En este tipo de crisis, esta industria continúa trabajando y generando impacto.
P.: ¿Cómo evalúa la respuesta del sector biotecnológico español?
R.: La respuesta del sector ha sido ejemplar. El virus se dio a conocer en diciembre del año pasado y en febrero ya había pruebas diagnósticas. Esto refleja la rápida capacidad de respuesta de la industria. Esta capacidad también se puede extrapolar a áreas como la virología o de investigación.
P.: ¿La pandemia es una oportunidad para apostar por el sector y crear una estrategia española de biotecnología?
R.: Si algo ha puesto de manifiesto el Covid-19 es el papel de la innovación del sector biotecnológico para disponer de economías más fuertes, resilientes y con mayor capacidad de respuesta. Hay que apostar por las capacidades propias de los países, tanto del sector público como privado, que permitan responder mejor a este tipo de situaciones. El biotech es un sector estratégico que fomentar.
“Las capacidades del sector biotecnológico demuestran que es resiliente y desacoplado del ciclo económico”
P.: ¿Dónde se ha visto reflejada esa oportunidad?
R.: La administración pública ha arbitrado instrumentos nuevos para apoyar el sector biotecnológico. Inyectó recursos adicionales a través de nuevas convocatorias. El Covid-19 ha puesto de manifiesto la capacidad de crear proyectos de investigación y desarrollo ambiciosos. El número de ideas ha excedido con creces los fondos puestos a disposición por la administración pública. En la última convocatoria del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (Cdti) se han quedado cerca de 500 proyectos sin ser seleccionados.
P.: ¿El Covid-19 es un aliciente para la colaboración entre empresas emergentes biotecnológicas y grandes farmacéuticas?
R.: Es una de las tendencias que hemos observado en esta situación. Las empresas del sector biotecnológico son especialistas en transformar conocimiento científico en tecnología. La industria farmacéutica es muy potente tanto en la parte de investigación y desarrollo como en el ámbito regulatorio, de producción y distribución. Es lógico que se hayan articulado colaboraciones entre empresas biotech, con innovaciones disruptivas como en el caso de las vacunas. Además, las grandes farmacéuticas tienen la capacidad fabril y de distribución que, junto al apoyo de innovación y apartado regulatorio, permitirá que estos productos lleguen lo antes posible a la sociedad.
P.: ¿En qué ámbitos está atrasado el sector biotecnológico de España respecto a otros países europeos?
R.: Tenemos que mejorar las vías de financiación para nuestras empresas y proyectos. Debemos implementar instrumentos de financiación que se adapten a todo tipo de proyectos y que tengan en cuenta las innovaciones disruptivas. Los desarrollos actuales se caracterizan por tener procesos de entre diez y quince años. Tenemos un sistema que no tiene los instrumentos adecuados para el sector biotecnológico. Los préstamos no sirven para las compañías con largos procesos de investigación. Hay que ver la pandemia como una oportunidad para repensar el sistema de ayudas de investigación y desarrollo. Por otra parte, tenemos que aumentar la colaboración público-privada y crear instrumentos que ayuden a crear nuevas empresas innovadoras e impulsen su crecimiento. Los fondos europeos deben servir para crear fondos de capital riesgo y que impulsen un ecosistema innovador.
“Hay que ver la pandemia como una oportunidad para repensar el sistema de ayudas de investigación y desarrollo”
P.: ¿Cuáles son los mayores déficits de financiación en el sector biotecnológico?
R.: En la transferencia de ciencia a tecnología, en el entorno público para crear una compañía, hay una brecha con difícil acceso a la financiación. También necesitan nuevas vías de financiación las empresas que necesitan volúmenes de inversión importantes. Para las compañías que buscan captar grandes operaciones de financiación es complicado y no hay demasiados instrumentos de capital riesgo que participen en este tipo de rondas. Hacen falta más agentes financiadores y de mayor diversidad para cubrir las distintas fases de vida de una compañía biotecnológica.
P.: ¿El auge del sector es algo puntual o será tendencia?
R.: La tendencia que hemos observado desde hace varios años es que los datos de inversión en investigación y desarrollo e impacto del sector no han dejado de aumentar. En 2019 se batió el récord en términos de financiación, tanto el importe de aplicaciones de capital como el número de operaciones. Es una tendencia sostenida y que creemos que tiene aún recorrido. Este año también vamos a tener buenos datos de inversión.
P.: ¿Cómo puede cambiar el sector biotecnológico con la entrada de inversores de otros ámbitos?
R.: Desde el punto de vista financiero, esta crisis ha removido la concepción del perfil de riesgo de rentabilidad de los distintos sectores de la actividad económica. El sector biotech es muy acíclico. Observamos que el inversor no especializado en ciencias de la vida muestra un interés mayor hacia la industria biotecnológica. Tradicionalmente, España ha sido un país con cierta aversión al riesgo y que no tenía en el sector biotech su objetivo diferencial de inversión, en contraste con otros entornos cercanos. La crisis puede estar canalizando un cambio cultural en el canal de inversión, ya que hay una mayor predisposición en invertir en el sector biotech.
“La crisis puede estar canalizando un cambio cultural en el canal de inversión con mayor predisposición hacia el sector biotecnológico”
P.: ¿Le preocupa que ante otra recesión económica se vuelva a reducir la inversión pública en el sector?
R.: El sector biotecnológico es acíclico, pero es tremendamente sensible a los recursos de financiación disponibles. Es fundamental que continúe habiendo acceso a la financiación para que el biotech no sufra. También es importante que se siga invirtiendo en las áreas de las que el sector biotecnológico bebe. La administración pública debe continuar adquiriendo productos y servicios que apoyen la innovación.
P.: ¿Qué tres peticiones le haría al ministro de Ciencia e Innovación relacionadas con salud?
R.: Valoramos positivamente el incremento presupuestario destinado a investigación y desarrollo, pero se debe continuar aumentado la inversión y que se mantenga de forma sostenida. También se deben mejorar los instrumentos de financiación, especialmente aquellos que no están funcionando adecuadamente en nuestro país. Reforzar la cooperación público-privada en investigación y desarrollo es fundamental.
P.: ¿Qué papel juega el sector biotecnológico para descubrir nuevos medicamentos y vacunas y en futuras pandemias?
R.: El Covid-19 ha puesto de relieve la importancia de tener capacidades tecnológicas y fabriles en Europa y en España. Las investigaciones y desarrollos a partir del ARN mensajero se mantendrán tras la pandemia y los resultados estarán disponibles para afrontar otras enfermedades infecciosas y de otras áreas terapéuticas. Las capacidades de crisis como la actual generan situaciones extraordinariamente positivas.