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Boehringer Ingelheim, la farmacéutica que aunó linajes con la aristocracia alemana

Fundada en 1885, bajo el paraguas de esta compañía, la familia fundadora converge con los Baumbach, una saga de la nobleza teutona vinculada a la localidad de Großropperhausen, situada en las montañas Knüll, en el centro del país.

Boehringer Ingelheim, la farmacéutica que aunó linajes con la aristocracia alemana
Boehringer Ingelheim, la farmacéutica que aunó linajes con la aristocracia alemana
La cara visible de la familia al frente de la farmacéutica alemana en la actualidad es Hubertus von Baumbach, consejero delegado y presidente de la compañía.

Quique Badia

4 jul 2024 - 05:00

Los orígenes de Boehringer Ingelheim se remontan a la compra de una pequeña planta dedicada a la fabricación de bitartrato de potasio en 1885 en la región de Renania-Palatinado por parte de Albert Boehringer. Pero fue en 1893 cuando la empresa dio el salto, tras descubrir un método con el que producir ácido láctico de forma masiva. Después este hito, la compañía pasó de emplear a 28 personas a dar trabajo 1.500 en 1939, año de la muerte del fundador.

 

La vocación de Albert Boehringer no surgió de la nada. Su abuelo, Christian Friedrich Boehringer, ya había creado una compañía del mismo sector en 1817 en Stuttgart, junto a otro socio: Christian Gotthold Engelmann. Se trata de la ya desaparecida C.F. Boehringer & Söhne.

 

La cara visible de la familia al frente de la farmacéutica alemana en la actualidad es Hubertus von Baumbach, consejero delegado y presidente de la compañía. Parte de la cuarta generación de propietarios, Hubertus es hijo de Erich von Baumbach y Ulrike Boehringer y bisnieto del creador del grupo.

 

 

Los Baumbach son una familia de aristócratas alemanes vinculados a la localidad de Großropperhausen, situada en las montañas Knüll, en el centro de Alemania. El tío de Erich von Baumbach, el político conservador Gottfried Reinhold Treviranus, fue ministro en la república de Weimar entre 1930 y 1932.

 

Casado con Agnes von Baumbach, Treviranus se opuso a Adolf Hitler y escapó a un intento de ejecución por parte de las SS en 1934, entrando de un salto a su coche y esquivando balas durante la fuga. Este político consiguió huir a Reino Unido hasta que empezó la guerra, razón por la que acabó en Canadá trabajando de granjero. No volvió a Alemania hasta 1949.

 

Erich von Baumbach fue nombrado presidente de la junta de accionistas de Boehringer Ingelheim en 1992, coincidiendo con la designación de Heribert Johann al frente del consejo de administración. Esto supuso que, por primera vez en más de un siglo, ningún ejecutivo con el apellido Boehringer dirigiera la parte operativa de la empresa. Así, la dirección de Hubertus von Baumbach aúna un linaje de la nobleza alemana con el de la familia fundadora de la empresa.

 

En 2023, esta farma alcanzó una facturación neta de 27.700 millones de dólares, que por unas décimas no se traduce en un crecimiento a doble dígito respecto al año precedente. En la actualidad, emplea a más de 53.500 personas en 130 mercados de todo el mundo.

 

 

Aunque la trayectoria de Boehringer Ingelheim contiene otros claroscuros. El más destacado es el vertido de residuos en los aledaños de su fábrica en Hamburgo, descubierta en 1983 y que acabó con el cierre de su fábrica en la ciudad alemana al año siguiente. Fue la primera vez en la historia del país en que se cerraba una planta química por cuestiones medioambientales.

 

Otra mancha en el currículum de la farmacéutica fue el papel que tuvo en la producción de uno de los compuestos necesarios para la fabricación del llamado agente naranja. Se trataba de un herbicida extremadamente tóxico que se utilizó de forma intensiva durante la guerra de Vietnam por parte de Estados Unidos para deforestar la jungla del país asiático, teatro de operaciones que daba cobertura a los combatientes del Vietcong. Además de los efectos sobre el ecosistema vietnamita, este químico disparó los casos de cáncer tanto sobre el terreno como entre combatientes estadounidenses.

 

Fuentes policiales citadas por el Bild señalaron la posibilidad de que el asesinato del hijo del expresidente alemán Richard von Weizsäcker, perpetrado a finales de 2019, fuera motivado por el hecho de que el padre del homicida trabajó en una planta de Boehringer Ingelheim dedicada a la producción de compuestos del agente naranja. Gregor S., el asesino, estaba obsesionado con el uso del herbicida contra los vietnamitas.

 

La incorporación en los 50 del criminal de guerra nazi Fritz Ernst Fischer a la compañía, lejos del compromiso antifascista del tío de Erich von Baumbach, tampoco brindó a la farma la mejor de las publicidades. Fischer fue condenado a cadena perpetua en los juicios de Nüremberg por sus experimentos sobre reclusos del campo de concentración de Ravensbrück. El facultativo alemán fue hallado responsable de la introducción de agentes bacteriológicos en heridas que infligían a prisioneros del régimen de Hitler. Muchos de estos experimentos acabaron con la muerte de los reos.