Entorno

El negocio del cerebro crece en España: incremento de ensayos y repunte de la inversión

En España, el número de ensayos clínicos de esta disciplina ha crecido un 27% desde 2017. El año pasado, las neurociencias fueron la cuarta área terapéutica más investigada, solo por detrás de la oncología, la cardiología y la hematología.

El negocio del cerebro crece en España: incremento de ensayos y repunte de la inversión
El negocio del cerebro crece en España: incremento de ensayos y repunte de la inversión
Desde 2007 la Unión Europea ha invertido más de 6.300 millones de euros en investigar el cerebro.

Marc Amat

10 ene 2024 - 05:00

Durante las últimas décadas, en España, el número de ensayos clínicos del mundo de las neurociencias no ha parado de crecer. Si en 2004 los estudios sobre el sistema nervioso -que incluyen el cerebro, la médula espinal y las neuronas- solo suponían el 3,6 % del volumen total, en 2016 la cifra ya se había casi duplicado, hasta el 6,4 %. Entre 2017 y 2022, el número de ensayos clínicos sobre neurociencias aumentó un 27% respecto los seis años anteriores y en 2022, se contabilizaron 281 estudios. El interés por la disciplina la situó en cuarta posición (6,3%), solo por detrás de los estudios de oncología (41%) y casi a la par de los de cardiología (6,6%) y hematología (6,6%).

 

Son datos del último Informe Proyecto BEST, elaborado por la Plataforma Española de Medicamentos Innovadores y Farmaindustria, que confirma que el cerebro cada vez despierta más interés entre los investigadores. “Ha habido una explosión mundial en el campo”, corrobora Álvaro Fernández, consejero delegado de la compañía de investigación de mercados en salud en SharpBrains, en declaraciones a PlantaDoce. “Con toda la información que recogemos desde 2006, podemos afirmar que ha crecido de forma masiva el número de estudios científicos que se publican sobre el tema, las patentes, las inversiones, las regulaciones y los artículos de divulgación”, explica. Su diagnóstico es claro: la neurociencia está viviendo una auténtica revolución tecnológica.

 

 

 

 

“Hay un nuevo ecosistema industrial mucho más digital y tech”, asegura Fernández. De hecho, más allá de los estudios clínicos, la neurociencia cada vez se está mezclando más con otras disciplinas, como el marketing, el bienestar o la gastronomía. Esto hace que la inversión tecnológica también llegue al campo de las neurociencias. “Hay estudios en marcha para crear dispositivos disruptivos como espejos que incorporan métricas para medir la salud cerebral, sistemas para detectar el sueño de los conductores, herramientas de realidad virtual para tratar fobias y mecanismos de biorretroalimentación para regular el estrés fisiológico de estudiantes, deportistas o directivos”, ejemplifica el consejero delegado de SharpBrains.

 

Aparte de estas innovaciones, en el ámbito estrictamente clínico, el creciente interés por las neurociencias también está dando sus frutos mejorando el diagnóstico de algunas de las principales enfermedades del área. “Los avances en los tratamientos para la esclerosis múltiple han dado un giro a la historia natural de esta enfermedad", ejemplificaba ya en 2018 Amelia Martín, responsable de la Plataforma de Medicamentos Innovadores, durante una jornada sobre esta patología en la que se analizó el crecimiento de la investigación neurocientífica en España. "Aun así, el verdadero boom de las neurociencias se está viviendo fuera de la industria farmacéutica, que aún está muy limitada por unos modelos conceptuales demasiado antiguos”, advierte Fernández.

 

 

 

 

Sin embargo, las grandes farma también están implementando estrategias empresariales para fortalecer sus áreas de neurociencias. El último gran paso lo ha dado este mes de diciembre la compañía biofarmacéutica norteamericana Abbvie que ha comprado Cerevel Therapeutics por 8.700 millones de euros, con el objetivo de ganar músculo en el ámbito psiquiátrico y neurológico.

 

El sector público también está invirtiendo. En Europa, hay alrededor de 165 millones de personas que padecen un trastorno neurológico y se estima que una de cada cuatro sufrirá alguna a lo largo de su vida, según la Unión Europea. Estas cifras tienen una traducción económica: suponen un gasto anual de 800.000 millones de euros para los presupuestos públicos de sanidad. Ante este panorama, desde 2007 la Unión Europea ha invertido más de 6.300 millones de euros en investigar el cerebro. Entre los proyectos destacados está Human Brain Proyect, que ha concluido este 2023 tras diez años de vida y que ha contado con una partida comunitaria de más de 600 millones de euros. “Ha sido fundamental para disparar el desarrollo de herramientas para investigar el cerebro, pero también para propiciar importantes impulsos en el mundo de las tecnologías de la información”, asegura Astrid Lambrecht, presidenta del consejo de administración del instituto de investigación Jülich, uno de los centros participantes.

 

Uno de los resultados más destacados del proyecto ha sido la creación de EBrains, que la Unión Europea define como la mayor infraestructura a disposición del estudio del cerebro. “Es un sistema que une neurociencia de vanguardia, big data, robótica y tecnologías afines con el objetivo de culminar hallazgos científicos en innovaciones médicas e industriales, en beneficio de los pacientes y la sociedad en general”, añaden desde la Universidad Politécnica de Madrid, líder del nodo español de este sistema europeo. Con nuevas herramientas como esta al alcance de los investigadores y el contexto de envejecimiento de la población, los expertos prevén que el interés por las neurociencias seguirá al alza.