David Malpass (Banco Mundial): “Hay que trabajar juntos para producir más y en más sitios”
20 abr 2022 - 04:56
Lecciones económicas para tiempos inciertos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha iniciado la semana de las reuniones de primavera junto al Banco Mundial alertando de que la economía global se acerca a una fragmentación que puede hacer el mundo mucho más pobre y acabar con el orden mundial establecido tras la Segunda Guerra Mundial e imperante tras la disolución de la Unión Soviética.
Así lo han reconocido Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, y David Malpass, presidente del Banco Mundial, durante la conferencia entre los dos celebrada el martes, que buscaba aportar un poco de luz al momento económica actual, lastrado por la guerra en Ucrania, el cambio climático y el Covid-19.
Además, desde el Banco Mundial, han insistido en cómo los países en vías de desarrollo serán los más perjudicados los próximos años y han insistido en que las economías desarrolladas hagan accesibles sus mercados. En concreto, Georgieva ha señalado que, en 2026, los mercados emergentes seguirán seis puntos por debajo de la previsión de crecimiento que se calculó en 2019, antes de la pandemia.
Ante este escenario multipolar donde el dólar pasará ser una más de las divisas dominantes, la directora gerente del FMI ha querido evocar el espíritu de Bretton Woods. Durante la conferencia en que se acordó la creación de las entidades que ahora lideran Malapss y Georgieva, el secretario del Tesoro de Estados Unidos en 1944, Henry Morgenthau, alegó que “la prosperidad, como la paz, es indivisible”, un lema que Georgieva también he hecho suyo.
“La pandemia ha dividido aún más la situación entre países emergentes y los desarrollados”, afirma Georgieva
La invasión Rusia a Ucrania está causando un choque económico que ha reducido el aprovisionamiento de alimentos y hecho incrementar el precio de los combustibles. Además, ambas instituciones subrayan que, debido a la guerra, los países están afrontando un elevado riesgo por su deuda, la inflación y la reducción del acceso al mercado, lo que ha generado más tensión en unas economías ya puestas al límite con la pandemia. Para ambas instituciones, la solución pasa por reforzar los acuerdos internacionales y sus instituciones.
“Hay que trabajar juntos para producir más y en más sitios”, ha añadido Malpass.
Ambos dirigentes han coincidido que se trata de “un momento duro para los encargados de realizar las políticas”. Ante este escenario, Georgieva ha sostenido que “la pandemia ha dividido aún más la situación entre países emergentes y los desarrollados, por lo que estos tienen aún más responsabilidad e interés en crecer con fuerza”. Además, la directora gerente ha recomendado a los bancos centrales que usen herramientas más allá de la subida de tipos de interés y que se debe tener en cuenta el efecto contagio que provocará entre los países más pobres.
Por su parte, Malpass, ha puesto el foco en la necesidad de que los países en vías de desarrollo tengan acceso a los mercados de economías desarrolladas. Además, ha subrayado uno de los principales problemas que afrontar gran parte de las economías emergentes será la deuda y ha insistido en la necesidad de encontrar métodos que hagan esa presión más ligera. “El problema de la deuda está llamando a la puerta, ya no lo podemos ignorar por más tiempo”, ha coincidido Georgieva, que ha reconocido que, ante la situación actual, muchos países están demandando una ampliación de sus programas con el FMI.
Sobre Ucrania, ambos dirigentes han coincidido que el país requerirá de una ayuda extraordinaria en forma de inversión durante los próximos meses por parte de ambas instituciones. “Más tarde, habrá que crear un derrotero adecuado para que pueda haber una recuperación y Ucrania se integre en la economía europea”, ha asegurado Georgieva.