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Especial 2022, el año de la vuelta al status quo

2022, el año de la vuelta al ‘status quo’

Si 2021 fue el año de la vacuna, 2022 ha sido el de la vuelta a la actividad, a la normalidad que se había perdido durante la época más dura de la pandemia por el Covid-19. El sector asegurador y en definitiva el negocio privado de la salud continúa boyante y no paran de sucederse operaciones de inversión.

A. Escobar

23 dic 2022 - 05:00

El año de la vuelta al ‘status quo’

 

Volver al status quo, es decir, volver a un punto de partida anterior deseable. Esa es la definición que emana de los diccionarios de la lengua española y que está intrínsicamente relacionada con el sector de la salud. Si 2020 fue el año del estallido de la pandemia y 2021 el año de la vacunación masiva, 2022 ha sido el ejercicio de la vuelta a la recuperación de la actividad, del menor estrés hospitalario, por lo menos como consecuencia directa del Covid-19, y de la firme apuesta por recuperar lo perdido durante los últimos años y la orientación hacia un sistema más sostenible, digital, colaborativo y eficaz. Arduas tareas estas últimas, en un momento complejo por lo menos para la atención primaria.

 

El sector farmacéutico, por su parte, venía de un año de gran fausto con las compañías desarrolladoras de las vacunas del Covid-19, que en 2021 vieron impulsados sus resultados económicos y que en 2022 han visto cómo esos anabolizantes no son los que eran por la menor incidencia del virus.

 

Si algo provocó la crisis del Sars-cov-2 en el sistema fue un cambio radical en la sanidad tal y como la conocíamos hasta entonces, desde el modelo hasta la manera cómo los ciudadanos entienden su salud individual. La crisis golpeó a la economía, a la sociedad, pero alentó la premura y urgencia de los cambios que requiere el sector. Aunque es cierto que el negocio de la salud se muestra acíclico, existe una mayor concienciación por parte del ciudadano acerca de su cuidado y prueba de ello es que el sector asegurador privado no cesa en su crecimiento. Esto se observa en el mayor incremento de las pólizas, motivado en parte por el aumento de las listas de espera en la sanidad pública.

 

 

 

 

El ritmo de crecimiento de las aseguradoras de salud continúa en un momento en el que hay preocupación por las listas de espera y continúa desfilando el fantasma de la falta de profesionales sanitarios en un futuro. Según muestran los últimos datos disponibles recabados por Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras (Icea), desde enero hasta septiembre de 2022, el ramo de salud aumentó un 7,3% respecto al mismo periodo de 2021 y aportó 7.915 millones de euros en primas.

 

La sanidad privada gana terreno y suma cada vez más pacientes a sus filas ante la situación actual que atraviesa la sanidad pública. El Sistema Nacional de Salud (SNS) se encuentra, por su parte, perjudicado todavía por la crisis sanitaria, lo cual merma el estado de las listas de espera. Según las cifras del Ministerio de Sanidad, a 31 de diciembre de 2021 había 706.740 personas esperando una intervención, mientras que a 31 de diciembre de 2020 la cifra era de 649.879 personas.

 

De acuerdo con Icea, las principales aseguradoras de salud por volumen de primas son Segur Caixa Adeslas, Sanitas, Asisa, DKV, Mapfre, IMQ y AXA. Todas ellas sumaron más de 7.500 millones de euros en primas en 2021, de acuerdo con los últimos datos disponibles, cifra que contrasta con los 7.140 millones de euros de 2020.

 

 

El sector asegurador continúa trabajando y avanzando

Tras unos años marcados por la pandemia, Sanitas recuperó la senda del crecimiento. Sus ingresos se elevaron un 9,5% en 2021, hasta 2.368 millones de euros, y el beneficio de explotación aumentó un 16%, hasta un total de 206 millones de euros, según los últimos resultados anuales publicados. Además, Sanitas mantiene sus cifras de empleo, con un total de 11.253 trabajadores.

 

La vuelta a la actividad previa a la pandemia en hospitales y clínicas dentales, la recuperación de la ocupación en las residencias y el récord de ventas en el negocio asegurador han incrementado las cifras tanto de ingresos como de resultados de Sanitas. ¿Pero qué ha hecho en 2022?

 

 

Sanitas

Sanitas empezó 2022 anunciando que redoblaría su apuesta por la fisioterapia integral, ofreciendo soluciones a problemas musculoesqueléticos de las personas. Esta apuesta se sustenta en siete nuevos centros de rehabilitación avanzada que el grupo explicó que abrían sus puertas en el último año, uniéndose a otros que Sanitas ya tiene en Madrid, Valencia y Zaragoza, para sumar un total de 15 centros monográficos de rehabilitación.

Además, uno de los grandes anuncios de Sanitas durante 2022 fue el de que pondría en marcha un nuevo hospital en la Comunidad de Madrid. Prueba del mayor incremento de la demanda de los servicios privados, la aseguradora liderada por Iñaki Peralta abrirá en 2025 un hospital en Valdebebas.

 

La empresa se ha asociado con la familia Colomer (grupo Pryconsa) para desarrollar el centro, ya que será la socimi Saint Croix Holding Immobilier la que construirá el activo, que pasará a la cartera de esta inmobiliaria. Por tanto, Sanitas será el inquilino. La obra comenzará en enero de 2023. En ese barrio, uno de los nuevos al norte de la ciudad de Madrid, también se abrió al inicio de la pandemia del Covid-19 el hospital público de emergencias Enfermera Isabel Zendal. El grupo hospitalario cuenta actualmente con tres hospitales en Madrid (La Moraleja, La Zarzuela y Virgen del Mar) y el barcelonés Hospital Sanitas Cima. El complejo de Valdebebas será un hospital general de más de 30.000 metros cuadrados con un marcado acento quirúrgico, según Sanitas, y con una relevante digitalización.

 

 

 

 

El centro contará inicialmente con cien habitaciones individuales, 22 habitaciones dedicadas a la unidad de salud mental, 65 consultas, ocho quirófanos de última generación, quince camas de UCI (nueve de adultos y seis pediátricas), 16 boxes de urgencias y un centro dental. Además, el hospital será también sede de las unidades de investigación y de formación del grupo sanitario para profesionales médicos. Sanitas explica que el nuevo centro contará con tres servicios diferenciales: el Instituto de Oncología Avanzada (IOA), el Instituto de Salud y Bienestar Mental y un centro de rehabilitación avanzada.

 

Asisa

Más allá de Sanitas, Asisa, que se engloba en ese top 3 de aseguradoras de salud, también se ha mostrado incansable en operaciones. La aseguradora agrupa sus hospitales bajo la marca HLA, que confía en cerrar el ejercicio económico 2022 con unos ingresos de 500 millones de euros, frente a los 425 millones de euros de 2021.

 

Durante el último año, HLA ha mantenidos sus planes de expansión con la incorporación a su red de la clínica Serman (Jerez de la Frontera, Cádiz) y de un nuevo centro médico en Aguas Vivas (Guadalajara). Paralelamente, HLA ha seguido desarrollando su plan de modernización en los hospitales y centros médicos, con la adquisición de la última tecnología y el desarrollo de su cartera de servicios. En este plan se enmarcan las reformas y ampliaciones de los edificios de HLA Los Naranjos, en Huelva; HLA Universitario Moncloa, en Madrid; HLA Perpetuo Socorro, en Lleida; HLA Santa Isabel, en Sevilla, y HLA Doctor Sanz Vázquez, en Guadalajara.

 

Además, la compañía ya ha desvelado la puesta en marcha de un nuevo centro médico-quirúrgico en la Avenida Ramón y Cajal de Sevilla, cuya inversión asciende a 24 millones de euros. El centro contará con una treintena de consultas multiespecialidad y cuatro quirófanos. El emplazamiento sevillano se encuentra en una fase de remodelación y adaptación y se denominará HLA Ramón y Cajal.

 

 

Axa

Axa, otra de las principales aseguradoras, se ha aliado con Grupo Lar para invertir 300 millones de euros en residencias para la tercera edad y centros de día por toda España. Lar actuará como promotor en esta alianza y desarrollará la puesta en marcha de los nuevos activos. Con esta operación, Axa vuelve a apostar por el mercado inmobiliario español, donde de forma regular ha sido uno de los grandes inversores.

 

 

DKV

Crecer en España, pero mirando al cliente extranjero. Esa es una de las acciones que ha llevado a cabo DKV en 2022, que ha firmado un acuerdo de colaboración con WorldWide, grupo asegurador con más de veinte años de trayectoria en el sector, especializado en seguros de salud internacional y seguro de vida, con presencia en Panamá, República Dominicana, Bolivia, Guatemala y Paraguay.

 

Mediante esta alianza DKV ofrece servicios de asistencia sanitaria y de viaje en España a los asegurados de WorldWide que lo requieran y deseen recibir diversos tratamientos en España. Además, se les brinda cobertura de salud internacional ante escenarios complejos, tales como cáncer, diálisis o complicaciones en embarazos, entre otros.

 

 

Se acaban los anabolizantes en el sector farmacéutico

El sector asegurador se ha mostrado fuerte, pero el sector farmacéutico global, sobre todo el que está más relacionado con la vacuna del Covid-19, ha visto cómo el combate a la pandemia ha dejado de ser una gran bicoca. Las ventas de productos relacionados con el coronavirus supusieron un gran impulso para los ingresos de la industria farmacéutica tanto en 2020 como en 2021. En concreto, en el año en el que se inició la pandemia el crecimiento de las ventas del sector a escala global fue de un 18%, hasta situarse en 907.000 millones de dólares (858.000 millones de euros).

 

Un ejemplo de este crecimiento ha sido la vacuna contra el Covid-19 de Pfizer. En 2021 fue el producto farmacéutico que más ingresos generó hasta superar 40.000 millones de dólares (7.800 millones de euros), de acuerdo con los datos que recopila Evaluate Pharma. Es más, este producto le ha servido a Pfizer para ser la compañía líder en ventas durante 2021.

 

Pero este éxito, por lo menos este en concreto, no es perdurable. Las farmacéuticas han tenido que subir el precio de las vacunas. De los 18 dólares de media que costaron los sueros aprobados para hacer frente al sars-cov-2 en 2021, han pasado a 25 dólares en 2022, un incremento del 38%. La demanda, de hecho, ha caída en un año a casi la mitad, de 5.700 millones de dosis a 3.000 millones de dosis. La consultora Airfinity ha hecho este balance en un informe en el que también avanza lo que ocurrirá en 2023. Entonces, las ventas de estas vacunas serán un 73% inferiores a las que hubo en 2021.

 

 

 

 

En el caso concreto de Moderna, la biotecnológica estadounidense ha revisado a la baja su pronóstico de ingresos para el ejercicio económico 2022, por los acuerdos suscritos para la venta anticipada de su vacuna contra el Covid-19 como consecuencia del retraso relacionado con limitaciones del suministro a corto plazo, según ha anunciado la empresa, que entre julio y septiembre vio caer un 68,7% el beneficio neto, hasta 1.043 millones de dólares (1.056 millones de euros).

 

De cara al ejercicio 2022, Moderna espera alcanzar ingresos de entre 18.000 millones de dólares y 19.000 millones de dólares (18.224 millones de euros y 19.237 millones de euros), frente a la expectativa anterior de 21.000 millones de dólares (21.262 millones de euros).

 

 

Rovi, socio de Moderna

El socio de Moderna, la española Rovi, también ha anticipado que sus ingresos se reducirán entre un 10% y un 20% en 2023. La compañía justifica la previsión por la menor demanda de la vacuna del Covid-19. En uno de sus últimos comunicados, Rovi explica que en 2023 se enfrenta a “un nuevo escenario pospandemia en el que la incertidumbre asociada a la evolución de la enfermedad es muy alta, por lo que no es posible evaluar, de forma precisa, el impacto que este nuevo escenario pudiera tener en su negocio de fabricación a terceros”.

 

 

BioNTech, el aliado de Pfizer

Lo mismo ocurre con el socio de Pfizer, la alemana BioNTech, que para 2022 ha decidido modificar su horquilla de previsiones. Con anterioridad, la compañía teutona esperaba lograr unos ingresos por la vacuna contra el Covid-19 de entre 13.000 millones de euros y 17.000 millones de euros. La nueva previsión es que el rango sea de entre 16.000 millones de euros y 17.000 millones de euros.

 

De hecho, BioNTech obtuvo un beneficio de 1.784,9 millones de euros en el tercer trimestre de 2022, lo que significa una caída del 44,4% en comparación con el mismo periodo de 2021, según se registra en las últimas cuentas publicadas por la compañía.

 

 

 

La empresa atribuyó la caída en el resultado neto a una disminución de las ventas de la vacuna contra el Covid-19 durante este periodo. La facturación entre julio y septiembre de 2022 fue de 3.461,2 millones de euros, un 43,1% menos respecto al mismo periodo de un año atrás. Por segmentos de negocio, los procedentes de las vacunas manufacturadas por Pfizer y Fosun fueron de 2.554,2 millones, un 41,4% menos, mientras que las ventas directas de BioNTech fueron de 564,5 millones, un 58,2% menos.

 

Las ventas de vacunas a otros socios para que estos las comercialicen disminuyeron un 16,9%, hasta 259,4 millones de euros. También es el caso de Novavax, que ha recortado a la mitad sus previsiones de facturación para 2022, hasta 2.000 millones de dólares, por la menor venta de vacunas contra el Covid-19.

 

 

AstraZeneca

En el caso de la anglosajona AstraZeneca, la multinacional farmacéutica redujo a cierre del tercer trimestre de 2022 un 27% sus ingresos derivados de las vacunas y terapias inmunes, hasta 873 millones de dólares. No obstante, la compañía ha sabido reponerse y salir en positivo con sus principales medicamentos contra el cáncer, después de un 2021 cuanto menos convulso para el grupo con sede en Cambridge que tuvo que enfrentarse a una demanda por parte de la Comisión Europea (CE) por el retraso en el suministro de vacunas. AstraZeneca cerró el tercer trimestre de 2022 con un beneficio neto de 1.642 millones de dólares (1.615 millones de euros), frente a las pérdidas de 1.651 millones de dólares (1.623 millones de euros) del mismo periodo del año anterior.

 

De todas formas, el bache que puedan sufrir las farmacéuticas con el Covid-19, será reemplazado, en algunos casos, por otras vacunas para otro tipo de enfermedades y con tecnología ARN mensajero (ARNm). A finales de 2022, Pfizer anunció que destinará más de 2.500 millones de dólares a sus plantas de producción europeas ubicadas en Bélgica e Irlanda, donde empezará a producir nuevos fármacos que sustituyan los beneficios obtenidos por la vacuna del coronavirus y las patentes expiradas.

 

En concreto, Pfizer invertirá 1.200 millones de euros en la expansión de su planta en Puurs (Bélgica), además de invertir 1.200 millones de dólares más en su fábrica de Dublín. Los trabajos de expansión en Irlanda empezarán en 2024 y no finalizarán hasta 2027. Una vez terminados, supondrán la creación de hasta 500 puestos de trabajo y duplicarán la producción.

 

Moderna, por su parte, también hizo público en diciembre un acuerdo de colaboración con Merck mediante el cual ambas compañías están llevando a cabo ensayos preliminares para una terapia contra el cáncer de piel. El uso de una vacuna de Moderna con ARNm combinado con el fármaco Keytrude de Merck ofrece mejores resultados que la administración en solitario del medicamento. Según afirman las empresas, el riesgo de recurrencia o muerte se reduce un 44%.

 

 

El ARNm trae cola

Precisamente, la tecnología ARNm ha traído a más de un dolor de cabeza. A finales de agosto, Moderna presentó una denuncia contra Pfizer y BioNTech, a las que acusó de infringir la patente sobre ARNm que la biotecnológica presentó entre 2010 y 2016 como parte del desarrollo de su tecnología empleada en la vacuna contra el Covid-19.

 

En un comunicado, Moderna expresó su queja insistiendo que invirtió miles de millones de dólares en la creación del suero y acusaba a Pfizer y BioNTech de copiar ilegalmente sus inventos sin permiso.

 

La biotech añadió que, cuando estalló la pandemia, ni Pfizer ni BioNTech contaban con la tecnología necesaria para desarrollar una vacuna con el ARNm para enfermedades infecciosas y “siguieron a sabiendas el camino de Moderna para desarrollar una vacuna”.

 

Dimes y diretes entre unos y otros. A finales de diciembre, Pfizer y su socio alemán BioNTech respondieron a la demanda que les interpuso Moderna con una contrademanda. La empresa estadounidense y la germana consideraron que las patentes de Moderna no eran válidas. Cuatro meses después de la primera demanda, ambas compañías aseguraron que desarrollaron su vacuna de forma independiente y que la demanda de Moderna era “revisionismo histórico”.

 

 

El sector hospitalario, sin pausa

Si en 2021 se recuperó progresivamente la actividad que en 2020 no se pudo llevar a cabo en los hospitales, 2022 ha sido el año de la continuidad, de la vuelta a esa normalidad que se conocía antes del estallido de la pandemia.

 

A pesar del entorno de incertidumbre actual, en el que la recuperación económica se encuentra amenazada por diversos factores macroeconómicos como son los altos niveles de inflación, las potenciales subidas de tipos, los actuales conflictos geopolíticos por la invasión rusa en Ucrania o el incremento de los costes energéticos, el sector hospitalario continúa demostrando una elevada resiliencia al ciclo económico.

 

 

Los grupos hospitalarios privados en España han seguido con su actividad recuperando el terreno perdido durante 2020 e incluso incrementando el número de operaciones e inversiones acometidas durante los últimos doce meses. El trono lo continúa teniendo Quirónsalud, cuyo volumen de ingresos anuales supera los 4.800 millones de euros. Por detrás de Quirónsalud están Vithas, HM Hospitales o Ribera. Este último incluso ha cambiado de dueño durante el último año, cuando el pasado julio Vivaltó Santé tomó el control del operador valenciano.

 

Vithas, por su parte, amplío el pasado septiembre sus instalaciones de Málaga, en las que el operador español ha invertido 16 millones de euros. El hospital ha duplicado prácticamente su capacidad actual, que pasa de tener 12.000 metros cuadrados a contar con un espacio de 25.000 metros cuadrados. El proyecto de ampliación ofrece a los pacientes un área de 51 consultas externas, un bloque quirúrgico con siete quirófanos, dos salas de endoscopias y una sala de hemodinámica, cuatro plantas de hospitalización con 141 habitaciones individuales.