2021, el año que ha puesto en jaque el modelo del conglomerado
28 dic 2021 - 05:00
Especial 2021, el año de la vacuna
Jack Welch dijo décadas atrás que, en caso de no ser uno de los primeros actores de una industria, General Electric no tendría cabida en el mercado. De hecho, hace años, en Wall Street se usaba el estado de salud de esta empresa para tomar el pulso de toda la economía estadounidense. Aun así, hace tiempo que esto dejó de ser cierto con el auge de las tecnológicas.
Esta tendencia de los grandes conglomerados industriales en dividir sus estructuras de negocio, y que pretende hacerlos más rentables, se debe a la llegada de una nueva era empresarial. Primeramente, por el liderazgo de las tecnológicas estadounidenses, con casi una decena de compañías superando los mil millones de dólares de valor en bolsa. Por otro, se debe a la aparición de poderosos fondos de capital riesgo y que están presentes en cientos de compañías, influyendo de forma evidente en su gestión.
Los hechos acontecidos durante 2021 no sólo añaden un capítulo más a la visión de Welch, sino que quizás representen el último y más trascendental de estos. Este nuevo capítulo posiblemente personalice la muerte del conglomerado como tipo de empresa. De hecho, a escala mundial, los datos de 2021 muestran un nuevo crecimiento en las operaciones de segregación en las diferentes compañías.
En 2021 se han anunciado 42 operaciones en todo el mundo, con un valor total de las empresas implicadas que ronda los 200.000 millones de dólares
Este año se han anunciado 42 operaciones en todo el mundo, con un valor total de las empresas implicadas que ronda los 200.000 millones de dólares. Estos datos contrastan con los de 2020, cuando se realizaron 38 operaciones por valor de 90.000 millones de dólares, según se desprende los datos de Dealogic
General Electric
El modelo de segregación de negocio es precisamente el que elevó a General Electric a ser la empresa con mayor capitalización de mercado a principios del siglo XXI.
Esta compañía se dividirá en tres empresas cotizadas en 2024, con el objetivo de sustentar el crecimiento en los sectores de la salud, la energía y la aviación, según anunció la empresa en noviembre. El primer paso se dará a principios de 2023, cuando se cree una empresa especializada en medicina de precisión llamada GE Healthcare, en la que se mantendrá una participación del 19,9%.
Esta compañía sólo es un ejemplo de la actual tendencia dentro del mercado global. Otras empresas, dónde también se incluye a Toshiba e IBM, afrontan dilemas similares con sus planes de división. El contexto es la tendencia global al desmantelamiento de los conglomerados empresariales, y que viene provocada por la presión de los inversores para que las empresas se centren en los sectores donde tienen más capacidad para competir y más margen de beneficio.
Gerard Taboada, coordinador de proyectos estratégicos en Tier Mobility y asesor de start ups, subraya que General Electric no deja de ser un nuevo caso de la “incipiente complejidad de los mercados y de lo que significa operar en pleno siglo XXI”. Taboada sentencia que “la remodelación de esta empresa representa el fin del último gran conglomerado; para ganar, las empresas tienen que adaptarse a los cambios tecnológicos y se ven obligadas a centrarse en unos pocos mercados, ya que la competencia es mucho mayor”.
De cara a 2024, General Electric combinará las divisiones de renovables, energía y digital en un solo negocio centrado en el ámbito energético. La tercera rama será GE Aviation, que estará especializada en aeronáutica. Al crear tres empresas globales para cada industria, estas pueden beneficiarse de “un mayor enfoque, una asignación de capital personalizada y una flexibilidad estratégica para impulsar el crecimiento y el valor a largo plazo para los clientes, inversores y empleados”, tal y como explicó el presidente y director general de General Electric, Lawrence Culp.
General Electric prevé poder reducir su deuda en más de 75.000 millones de dólares en 2021
Esta operación se contextualiza dentro del proceso de transformación que arrancó General Electric hace meses, cuyo objetivo es reforzar su posición financiera y conseguir un mayor rendimiento comercial y operativo. En este sentido, la empresa de Boston prevé poder reducir su deuda en más de 75.000 millones de dólares en 2021 para alcanzar una posición sólida donde ejecutar el plan anunciado.
En 2021, General Electric ha incrementado un 3% su valor de marca, respecto a los datos de 2020, y se ha situado en trigésimo primera posición del ránking Best Global Brands 2021 de Interbrand. La compañía obtuvo una valoración de 18.420 millones de dólares y, para el sector de la salud, se trata de la empresa mejor situada de esta lista.
En segunda posición de este ránking se encuentra Philips, enfocada principalmente a los sectores de la electrónica y la asistencia sanitaria. La empresa se ha situado en la posición 57 del ránking y, tras incrementar su valor un 4% respecto a los últimos datos facilitados por la consultora, ha alcanzado la cifra de 12.088 millones de dólares.
Johnson&Johnson
Otra empresa que se prepara para el futuro es Johnson&Johnson. La multinacional estadounidense seguirá los pasos de General Electric y se dividirá en dos compañías cotizadas. Por ello, la compañía escindirá su división de salud al consumidor y hogar. Se prevé que esta operación permita generar unas ventas de 15.000 millones de dólares a largo plazo, según las previsiones de la empresa.
La separación de sus dos principales negocios se completaría entre 2022 y 2023. Johnson&Johnson prevé que este cambio genere unos ingresos en torno a 77.000 millones de dólares en 2021 y cree que la separación de su negocio de consumo es la mejor manera de impulsar un crecimiento rentable.
Johnson&Johnson prevé que este cambio genere unos ingresos en torno a 77.000 millones de dólares en 2021
La empresa estadounidense ha facturado 657 millones de euros, procedentes de las ventas de su vacuna contra el Covid-19, en el acumulado de los primeros nueve meses de 2021. Por otro lado, las ventas de la vacuna fueron minoritarias dentro del conjunto de la facturación total de la empresa. En el acumulado de los nueve primeros meses de 2021, Johnson&Johnson registró un beneficio de 13.849 millones de euros, un 24,4% más que en el mismo periodo de 2020.
En la segregación de Johnson&Johnson también opera otra variable: la crisis de opiáceos. La farmacéutica se enfrenta a demandas millonarias por su papel en en esta crisis, donde se le acusa de provocar cáncer con su polvo de talco. La subsidiaria que esta compañía abrió para gestionar el caso se declaró en bancarrota en octubre. Esta crisis ha afectado a tres de los mayores distribuidores de medicamentos y a Johnson&Johnson.
Estos actores están a punto de lograr un acuerdo de 26.000 millones de dólares con el que se sellarían miles de demandas por su papel en este episodio. En 2019, aproximadamente 140 personas murieron cada día a causa de una sobredosis de esta sustancia y representaron más del 70% de las muertes por sobredosis de drogas. En el ránking general de Interbrand, la farmacéutica estadounidense ocupa la posición 87, con una valoración de 5.937 millones de dólares.
En el acumulado de los nueve primeros meses de 2021, Johnson&Johnson registró un beneficio de 13.849 millones de euros
Siemens
Siemens también ha llevado a cabo una reestructuración parecida y ha desmembrado su área de energía con un spin off y ha vendido una parte de su filial especializada en equipos médicos mediante una Oferta Pública de Venta (OPV). Siemens es la tercera empresa del sector de la salud mejor valorada del mundo y ocupa el puesto 60 del ránking absoluto de Interband. La compañía alemana ha incrementado un 5% su valor respecto a 2020, alcanzando una valoración de 11.047 millones de dólares.
Siemens ha informado de que la facturación aumentó el último ejercicio, que concluyó a finales de septiembre, hasta 62.265 millones de euros, lo que supone un incremento del 12,7% respecto al mismo periodo del año anterior. La multinacional ha logrado mitigar el impacto de la escasez de componentes electrónicos y materias primas, y prevé que el crecimiento global seguirá la misma línea el año que viene, pero con más lentitud.
Siemens escindió su división de tecnología sanitaria Siemens Healthineers, que sacó a bolsa en 2018, y obtuvo un beneficio neto atribuido de 1.727 millones de euros en 2020, un 22,4% más que en el mismo periodo del año anterior. Este año, Siemens se ha posicionado en la tercera posición, de las empresas dedicadas a la salud, del ránking de Interband. A escala general, el gigante alemán ocupa el puesto sesenta. La compañía alemana ha incrementado un 5% su valor respecto a 2020, alcanzando una valoración de 11.047 millones de dólares.
Toshiba
El conglomerado industrial japonés Toshiba anunció en noviembre su plan de dividirse en tres empresas independientes cotizadas en bolsa. Este movimiento llega tras una batalla por su reestructuración, que se inició por la acción de diversos inversores activistas que pretenden maximizar su valor.
Una tercera empresa independiente controlará las participaciones de Toshiba en Kioxia
La multinacional segregará su negocio principal en dos empresas, una centrada en servicios de infraestructura, incluyendo los negocios de energía, construcción, sistemas, baterías y digital, y otra que agrupará el negocio de dispositivos electrónicos y almacenamiento. Además, una tercera empresa independiente controlará las participaciones de Toshiba en Kioxia, su compañía subsidiaria de chips de memoria, y Toshiba Tec Corporation.
Con este movimiento, la compañía japonesa pretende destinar todo el capital que supere el nivel apropiado, que prevé que sean unos 100.000 millones de yenes, lo que se traduce en 765 millones de euros, en los próximos dos años, a retribuir a sus accionistas. Esto incluye operaciones de recompra de acciones en los ejercicios 2022 y 2023.
El grupo, dedicado a la fabricación desde maquinaria para centrales nucleares hasta ascensores, microchips o discos duros, logró entre abril y septiembre un beneficio neto atribuido de 59.795 millones de yenes, unos 458,4 millones de euros, lo que supone multiplicar por 18 sus cifras respecto al mismo periodo del año anterior. Su facturación se situó en los 1.546 billones de yenes, 11.851 millones de euros, un 13% más.