GSK levantará en Madrid su primer laboratorio de máximo nivel de bioseguridad

La madrileña localidad de Tres Cantos albergará el primer laboratorio de la biofarmacéutica británica GlaxoSmithKline (GSK) con el máximo nivel de seguridad existente. Se trata de un centro de bioseguridad de nivel cuatro (BSL-4) en el que se trabajará con agentes biológicos potencialmente letales para los que no existen curas o tratamientos de prevención. Con esta apuesta, GSK entrará en el selecto grupo de entidades que disponen de instalaciones de este tipo, el primero propiedad de una farmacéutica, según ellos mismos.

El nuevo laboratorio BSL-4 se situará en el centro de investigación y desarrollo (I+D) que la compañía tiene en Madrid y contará con una inversión inicial de 4,5 millones de euros. Las obras se iniciaron el pasado mes de febrero y está previsto que acaben a finales de 2024.

El centro de I+D de GSK en Tres Cantos cuenta con treinta años de trayectoria y es uno de los pocos en el mundo centrado en el estudio de enfermedades infecciosas que golpean a países en vías de desarrollo, con lo que son una amenaza para la salud global. En ese centro han pasado agentes patógenos como la malaria, la tuberculosis, el Chagas o la Leishmaniasis, así como enfermedades causadas por kinetoplástidos.

GSK vio sus cuentas lastradas por el descenso de ventas de productos indicados contra el Covid-19

En estas instalaciones trabajan a día de hoy 140 investigadores, un 64% de los cuales mujeres, que cuentan entre sus hitos la contribución al desarrollo de soluciones orales para combatir el paludismo o compuestos inhibidores del Chagas, la Leishmaniasis o la enfermedad del sueño. El más reciente de ellos es el descubrimiento de una molécula que tiene el potencial para detener el progreso de la malaria.

Entre los objetivos del laboratorio BSL-4 está el de investigar la eficacia de nuevos tratamientos en desarrollo contra microorganismos que han adquirido la capacidad de resistirse a las curas existentes. Un ejemplo es el de la tuberculosis multirresistente.

GSK cerró 2023 con unas ganancias netas de 5.767 millones de euros, un 67,1% menos que en 2022. Su facturación, en cambio, creció un 3,4% y se situó en 35.492 millones de euros. La biofarmacéutica se vio afectada por el descenso de las ventas de productos indicados para el tratamiento del Covid-19, como ya pasó a muchas otras compañías del sector.