Empresa

Amavir deja en mínimos su beneficio tras cerrar su residencia de Santa Cruz de Tenerife

El grupo residencial, que registró una facturación de 148 millones de euros en 2018, tiene previsto acelerar su crecimiento en los próximos años mediante nuevas adquisiciones.

Albert Cadanet

16 dic 2019 - 05:00

Amavir deja en mínimos su beneficio tras anunciar la construcción de dos nuevos centros

 

Amavir sacrifica rentabilidad para avanzar con su plan de expansión. El grupo residencial, formado en 2017 tras la integración de los grupos Amma y Adavir, registró un beneficio neto de 875.000 euros en 2018, un 91% menos respecto al ejercicio anterior. La compañía atribuye la pérdida de rentabilidad al cierre de su residencia en Santa Cruz de Tenerife, una operación motivada por la revisión de sus licencias. La clausura del espacio generó unas pérdidas de 6,6 millones de euros, según figura en las cuentas anuales a la que ha tenido acceso PlantaDoce.

 

En paralelo, la empresa ha realizado varias inversiones destinadas a la edificación de nuevos centros. En 2018, el grupo inició la construcción de dos residencias ubicadas en Sarriguren (Navarra) y Vallecas (Madrid), unos activos que, según las previsiones del grupo, no estarán en marcha hasta 2021. La residencia de Navarra contará con 167 plazas y dará empleo a 120 personas, mientras que, en el caso de la capital española, todavía no hay datos sobre el proyecto.

 

A pesar de la caída del beneficio, Amavir tiene previsto acelerar su crecimiento en los próximos meses con la puesta en marcha de nuevos activos. Tal y como señala en las cuentas anuales, “se están analizando nuevos proyectos para la adquisición y construcción de nuevas residencias”.

 

 

En su segundo año tras la integración, Amavir registró una facturación de 148 millones de euros, un 1,2% más respecto a 2017. Este incremento responde a la evolución de los ingresos procedentes de sus residencias, repartidas por siete comunidades en España. Algunos centros como el de Madrid Central impulsaron las ventas, tras multiplicar sus ingresos por 2,5. Otras residencias, como las de Alcorcón (Madrid) o Tomelloso (Castilla-La Mancha), en cambio, vieron caer su facturación por encima del 3,5%.

 

Para seguir creciendo, el grupo residencial considera que debe “desarrollar nuevos negocios, apostar por la innovación e introducir nuevas tecnologías”. A su vez, prevé aumentar su plantilla a la vez que analiza futuros impactos, como “la disminución de las pensiones medias de jubilación o los nuevos escenarios de concentración de plazas públicas”.

 

La empresa cerró 2018 con una plantilla media de 4.319 personas, más de la mitad de las cuales en la Comunidad de Madrid. A través de 43 residencias y más de 7.800 plazas, la compañía también está presente en Navarra, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Canarias y Murcia.

 

 

A finales de 2018, y con el objetivo de redirigir su estrategia de expansión, Amavir nombró a Julio González como nuevo director de operaciones. El ejecutivo, con más de 15 años de experiencia en el sector sociosanitario, trabajó en empresas como Sanyres, una compañía que fue adquirida por Orpea (González ya no formaba parte del grupo cuando se firmó la operación).

 

Amavir está formada por distintas sociedades, aunque su sociedad principal es Planiger, de la que dependen la mayoría de los centros. Su principal accionista es Maisons de Famille, un operador privado creado en 2003 y que controla un 85,5% de los títulos. El resto corresponde a Geroplan, la sociedad que gestiona la residencia El Encina de Leganés, en Madrid.