Rafael Reig (Satse): “Durante la crisis ha habido una campaña de desprestigio contra la sanidad pública”
7 sep 2017 - 04:55
Rafael Reig es el secretario general de acción sindical de Satse. Diplomado en 1986 por la Escuela de Enfermería de Córdoba, Reig ha trabajado en el Hospital Reina Sofía de Córdoba y en el Distrito Sanitario Guadalquivir, en Córdoba. Especialista en Enfermería de Empresa, el responsable de la organización sindical de enfermeros ocupó la secretaría general de acción sindical de Satse Andalucía antes de ocupar la misma responsabilidad a nivel estatal.
Pregunta: ¿Cuál es el estado de salud de la sanidad en España?
Respuesta: El sistema sanitario español es uno de los mejores del mundo, reconocido por muchas organizaciones de fuera de España. Es de los sistemas públicos de salud más justos, pero esto no quiere decir que no tenga carencias, amenazas o que necesite mejoras. La universalidad era la mejor tarjeta de visita que tenía nuestra sanidad, pero se rompió al comienzo de la crisis y hay una parte de población que se ha quedado fuera del sistema. La sanidad debe ser pública y estar financiada mediante Presupuestos Generales del Estado.
P.: En el ámbito público, ¿la crisis ha puesto en riesgo el modelo español de sanidad?
R.: El sistema público de salud se ha puesto en peligro durante los años de crisis. Ha habido fuerzas importantes que se han dedicado a decirnos lo magnífico que era gestionar la sanidad desde la parcela privada.
P.: ¿Y cómo ha afectado la crisis a la sanidad privada?
R.: El volumen de negocio de la sanidad privada se ha incrementado en los años de crisis. Mientras iba hacia atrás el sistema sanitario público, el privado ascendía. Durante años se ha producido una campaña de desprestigio contra la sanidad pública, diciendo que los pacientes no serían bien atendidos, que no gozarían de los recursos necesarios. Toda aquella persona que dispone de medios suficientes, ha preferido pagar un seguro médico.
“La universalidad era la mejor tarjeta de visita que tenía nuestra sanidad, pero se rompió al comienzo de la crisis”
P.: ¿Es verdad que el colectivo de enfermeros tiene más oportunidades fuera que dentro de España? ¿Existe una fuga de talento en el sector?
R.: El problema es que se han perdido desde el inicio de la crisis alrededor de 20.000 puestos de trabajo directos en el sistema público de salud. Los desempleados han ido a buscar una oportunidad laboral en el ámbito privado en España, pero los salarios son más bajos y las condiciones son peores. La única salida posible que les ha quedado es marcharse al extranjero.
P.: ¿Qué balance realiza el sindicato de la gestión que está llevando a cabo al frente del Ministerio de Sanidad Dolors Montserrat? ¿Qué puntos a favor y en contra destacaría?
R.: La ministra lleva poco tiempo en su cargo y es difícil poder evaluarla. Desde Satse sabemos que no conocía nada del ámbito sanitario. Estamos esperando que ratifique o no un acuerdo que firmamos con la anterior ministra Ana Mato en 2013 para mejorar el desarrollo de la profesión enfermera y las condiciones del ejercicio profesional en lo público y privado. Esperamos que Montserrat dé pasos a favor de nuestra profesión, porque de momento el acuerdo está en el congelador.
P.: ¿Las comunidades y el Gobierno de España están trabajando de manera adecuada en la convocatoria de plazas en el sector sanitario?
R.: Ahora todo el mundo está preocupado con la tasa de temporalidad, porque Europa nos dio un toque de atención. Esa tasa existe porque los servicios de salud se han dedicado a fomentarla, sin convocar nuevas plazas. Se ha ido acumulando incluso desde los años previos a la crisis. El problema de empleo es entonces una cuestión que se viene arrastrando desde varios ejercicios atrás. Se habla ahora de tres años para convocar OPEs y otros tres años para ejecutarlas, lo que nos llevaría una pérdida de seis años. Hay servicios de salud que tienen más de un 60% de temporalidad, una barbaridad.
P.: En términos de eficiencia y calidad, ¿la gestión pública es mejor que la privada, o viceversa? ¿Cuál es el mejor modelo?
R.: No estamos en contra de que existan otros modelos de gestión, pero el sistema público debe de serlo al 100%, tanto en la gestión como en la provisión. Todas las fórmulas imaginativas como la colaboración público-privada son un conjunto de eufemismos y subyace una voluntad de hacer negocio con la salud.
P.: ¿Qué le parece que la sanidad privada se ofrezca a intermediar en la sanidad pública para acabar con las listas de espera?
R.: Es una propuesta legítima, pero que no compartimos desde Satse. El principal objetivo de la sanidad privada es ganar dinero. Entendemos que la estimación que hacen de 1.500 millones de euros para acabar con las listas de espera se puede resolver con la sanidad pública porque dispone de medios técnicos y humanos suficientes. El problema que deberíamos plantear es el motivo por el cual no se amplían los horarios en sanidad, cómo puede ser que un quirófano cierra a las tres de la tarde. No estamos en contra de la sanidad privada, lo que decimos es que tiene que ser complementaria a la pública.
El sistema público debe de serlo al 100%, tanto en la gestión como en la provisión
P.: Poniendo la vista sobre el ciudadano: ¿Se hace un buen uso de la sanidad pública? ¿Habría que poner límites?
R.: Nosotros estamos en contra del copago. La financiación de la sanidad debe de ser vía presupuestos del Estado, pero hay que hacer educación para la salud para que los ciudadanos sepan el sistema que tenemos en nuestro país y lo utilicen correctamente sin que se produzcan abusos.
P.: El ratio de personas con seguros privados aumenta de forma sustancial en España. ¿Tiene sentido que el ciudadano pague dos sistemas sanitarios?
R.: Todos los ciudadanos tienen que estar cubiertos por la sanidad pública. Si hay una persona que se puede permitir pagar un seguro médico que lo haga libremente. Lo que no queremos es que los ciudadanos que no pueden correr a cargo de una mutua se vean empujadas a ello por que falle la cobertura del sistema público.
P.: En la sanidad privada existe una gran concentración. ¿Supone esto un riesgo para el sector?
R.: El sector privado ha unido fuerzas con la concentración de empresas. Van a tener más puntos en común y por ende va a suponer una mayor presión para el sistema público, autonomías y Gobierno central.